LO EXPLICA JAVIER GALLEGO, EXPERTO E NECONOMÍA
El Consejo de Ministros ha aprobado un real decreto que permitirá a partir del año 2025 liquidar, sin limitaciones, las aportaciones realizadas durante al menos 10 años a los planes de pensiones, así como los rendimientos generados, y ha revisado a la baja las comisiones máximas que los ahorradores pagan a las entidades gestoras.
Así, se podrá disponer de las aportaciones con una antigüedad de al menos diez años a partir del 1 de enero de 2025, es decir, las realizadas hasta 2015. Las realizadas a partir de 2016 deberán esperar hasta 2026 y así sucesivamente.
El Gobierno busca así fomentar el ahorro privado en pleno debate sobre el futuro de las pensiones. Pero, ¿qué supone esta nueva medida para las personas de a pie?
Este es un ejemplo concreto. Se trata de Juan, tiene 45 años y gana 25.000 euros anuales. Juan es un ahorrador nato y ha decidido aprovechar esta ventaja que ofrece el Gobierno para recuperar su fondo de pensiones. Lo hará en 2025, cuando tenga 52 años y 40.000 euros en su plan. ¿Qué supondrá esto?
Lo primero que se debe saber es que Juan no recuperaría todo su dinero porque a ojos de Hacienda ese año ganaría mucho más, por lo que tendría que pagar el doble de impuestos.
Su IRPF se dispararía de un 16% a un 27% por lo que tendría que pagar a Hacienda 17.550 euros de renta.
Esta es solo una parte de la letra pequeña de esta medida, pero ¿cuánto dinero se aporta realmente a estos planes de pensiones?
Los datos dice nque muy poco. A pesar de los esfuerzos comerciales y el bombardeo de los bancos, en 2016 el 65% de las personas que tenían un plan de pensiones no aportó un solo euro. Otro 10% aportó menos de 300 euros y tan solo el 1,4% aportó más de 6.000 euros.
Ahora lo tendrían más fácil porque el Gobierno rebaja también las comisiones. Aún así los números dicen que para algunos esto es un producto poco atractivo, mientras que para otros es imposible porque les resulta muy difícil ahorrar.
Las familias tienen dificultades para ahorrar
Los sueldos en España, por lo general, son todavía bajos y no son suficientes para contratar un plan de pensiones privado.
Es el caso de Eva, una peluquera de 42 años que tiene tres hijos y cuyo marido está en el paro. Con su salario y la prestación de desempleo que cobra su marido, entre los dos ingresan 1.600 euros al mes. Si a este dinero se le resta la hipoteca y los gastos básicos, apenas les quedan 50 euros al mes.
María tiene 20 años menos que ella, trabaja como charcutera y cobra 900 euros al mes, a lo que hay que descontarle el alquiler, los gastos de agua, luz, transporte y unos 120 euros en comida. Le quedan 60 euros para terminar el mes. "O lo ahorras o te lo gastas en algún capricho", dice la joven.
En España, los menores de 24 años no llegan a los 1.000 euros y con ese dinero tienen que pagar todos sus gastos. Por ello, la mayoría de los jóvenes no ve factible la contratación de un plan de pensiones.