SE PREPARA EL JUICIO POR EL CAOS AÉREO
Las conversaciones entre los controladores durante la huelga ilegal en el día que se iniciaba el puente de la Constitución suponen para el juez Francisco Javier Teijerio una "incitación al abandono de sus funciones". Los controladores aéreos abandonaban sus puestos de trabajo y el caos se adueñaba de los aeropuertos.
Era el año 2010 y miles de personas esperaban para irse de vacacione durante el puente de la Constitución, pero la huelga salvaje de los controladores dejaba en tierra a 700.000 viajeros. Como consecuencia, por primera vez en democracia se decretaba el estado de alarma y las torres y centros de control quedaban bajo tutela militar.
Los controladores sabían que que su protesta provocaría sobre todo la indignación ciudadana. Veinticuatro horas antes del plante mantenían esta conversación: "Nos va a odiar todo el mundo, mis vecinos ya saben que se van a quedar". También afirmaban que el país iba a colapsar.
Después 59 de los 62 controladores aéreos asignados a la capital alegaban sentirse incapacitados y abandonaban su puesto de trabajo. Algunos se dirigieron a un hotel madrileño donde los representantes sindicales habían convocado una asamblea. La indignación ciudadana crecía y al día siguiente varios pasajeros se desplazaban hasta el hotel para increparles.
La reunión sindical pero sobre todo las conversaciones suponen para el juez Francisco Javier Teijerio una "incitación al abandono de sus funciones". Además, en su auto del viernes califica esta situación de "calamidad pública". Da así el primer paso para sentar en el banquillo a 121 controladores acusados de un delito de sedición.