Cesta de la compra
El Congreso de los Diputados, vota este martes una propuesta para evitar que las marcas reduzcan la cantidad de los paquetes de alimentos y mantengan el precio. Señalan que es una práctica engañosa para los consumidores y que cada vez hace que el precio de la cesta de la compra.
Ir al supermercado, no es nada barato. Los precios de los alimentos se han incrementado durante los últimos años. Muchas marcas han optado por reducir la cantidad de alimentos que contienen y así que no se viese tan incrementado el precio. Pero esto es una práctica engañosa, es la reduflación.
Esta consiste en reducir el tamaño de los productos a la venta, pero sin modificar su precio y así ocultar los coletazos de la inflación. Al final, con este método, el consumidor acaba pagando lo mismo por menos.
Esta práctica es sobre todo común en los periodos en los que hay una alta inflación. Los productos disminuyen su peso, pero mantienen el precio de venta que tenían antes de la reducción. Así se consigue que pase desapercibido el incremento de precios y conseguir mantener el margen de beneficios para las empresas. Y aunque es una práctica legal, no es nada trasparente para los consumidores.
Se trata de un engaño para los compradores, así como de competencia desleal para los fabricantes de otros productos similares que no utilicen este método y que sí incrementen el precio. Este martes, el Congreso de los Diputados pone en el centro del debate este engaño para regular la reduflación con una proposición no de ley.
Con la propuesta, el Ejecutivo pretende que se creen campañas de información para que los compradores sepan a ciencia cierta que se está llevando a cabo esta práctica. Y así poder protegerse de ellas. También se exige que las empresas estén obligadas a informar de forma clara si disminuyen el tamaño o peso de los productos siempre y cuando se mantenga un precio equivalente o superior.
Los expertos se refieren a esta práctica como "la inflación invisible". En esencia, consiste en reducir la cantidad de producto que se vende al consumidor manteniendo (o incluso elevando, en algunos casos) su precio, que es de lo que se queja el Gobierno. La reduflación se viene realizando desde hace décadas, pero es en los últimos años cuando se ha sistematizado y sofisticado.
Para la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ya había denunciado esta práctica mucho antes ante la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Así mismo, también ha lanzado campañas de información a los consumidores, ya que considera la reduflación como una subida de precios encubierta.
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