Vivienda
Papeles escritos a mano, en negro y con letras mayúsculas: "compro piso", "urge comprar vivienda". El teléfono de contacto es un móvil, parece un particular, pero detrás de este buzoneo cada vez más habitual se esconden las inmobiliarias.
En el buzón, en el parabrisas del coche, en una farola o pegados en las papeleras, estos carteles aparecen por todas partes. Son siempre en el mismo formato: una cuartilla, escrita a mano, con rotulador negro y en mayúsculas. Los mensajes son cortos y muy claros: "Compro piso por la zona, no importa estado", "me mudo a Madrid por trabajo y busco piso para comprar en esta zona". Y el contacto es un teléfono móvil, todo apunta a que estamos ante un particular. De hecho, en muchos de estos anuncios nos encontramos con un aviso: "abstenerse agencias". Y ese es, precisamente, el gancho.
Llamamos al número que aparece en uno de esos papeles para intentar averiguar quién está detrás de todo este buzoneo masivo que cada vez es más habitual en el centro de Madrid y también en barrios de alto poder adquisitivo. Al otro lado del teléfono, una señora. Nos atiende simpática. Le contamos que tenemos un piso listo para vender en el barrio de La Latina. Y, sin insistir mucho más, nos explica que son "un grupo inmobiliario". Reconoce que buscan pisos para gente que quiere comprar ya: "trabajamos a demanda de comprador, ¿me entiendes? Y vamos a buscar lo que nos piden", añade. Asegura que para el piso que le estamos describiendo ya tienen a alguien interesado, que está buscando una vivienda con esas características.
Probamos con otro de los anuncios. "A ver los carteles que pongo es... porque vendemos varios pisos por la zona". De nuevo, nos encontramos con otra agencia. Son inmobiliarias camufladas. Buscan atraer la atención de compradores y vendedores a través de estos carteles hechos a mano. Los que llaman piensan que hablan con un particular, se ganan su confianza, son amables y simpáticos, y, al final de la conversación, les explican que son agencias y que están muy interesadas en la propiedad. Y, así, muchas veces, acaban cerrando la compra.
"Esto es una publicidad claramente engañosa y, por tanto, ilegal porque, en realidad, oculta la verdadera naturaleza de quien ofrece el servicio que es una agencia inmobiliaria", nos explica Enrique García, portavoz de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). Insiste la OCU en que "hay que tener cuidado" con esos teléfonos donde, en principio, "no se identifican como una agencia pero en realidad lo son". Y aclaran que todo esto es publicidad porque, aunque parezca escrito a mano, se imprime y se distribuye de forma masiva. "Tienen que cumplir escrupulosamente las normas que regulan la intermediación en la venta o el alquiler de vivienda y, por tanto, aconsejamos desconfiar de este tipo de publicidad engañosa donde, en realidad, una empresa intenta aparentar lo que no es", añade Enrique García.
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