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¿Me compro ya un coche eléctrico? El dilema ante el elevado precio de la gasolina

Con la subida imparable del precio del combustible, muchos se están planteando comprar un coche eléctrico. Aunque la luz también está por las nubes, el ahorro puede ser significativo. El problema es la inversión inicial.

Imagen de un coche eléctrico repostandoPixabay

Según el plan de la Comisión Europea, en 2030 deberíamos tener un parque de 3 millones de turismos electrificados. Pero estamos muy lejos de eso. Apenas un 4% de los españoles se inclina actualmente por la compra de un vehículo totalmente eléctrico. Es una de las cifras más bajas entre los países europeos, aunque poco a poco ese porcentaje va subiendo. Más aún con el precio que estamos viendo en el combustible y que no para de batir récord históricos, haciendo que muchos se lo estén planteando. Pero, ¿merece la pena comprarse un coche eléctrico con lo cara que está también la luz?

Según los expertos, y a pesar de los máximos que está marcando la tarifa eléctrica, sí que compensa. El ahorro puede llegar al 30%, todo depende del uso que hagamos de él. Pero recorrer entre 10.000 y 15.000 kilómetros con un coche eléctrico cuesta prácticamente la mitad que con uno de gasolina. Así que, además de las innegables ventajas para el medioambiente, también podemos sacarle rentabilidad económica en el corto plazo.

Inversión inicial

El problema está en la inversión inicial porque no todas las familias pueden permitirse ese desembolso. Un coche eléctrico es más caro, o mucho más caro, que uno de gasolina porque sus enormes baterías encarecen el producto. Puede suponernos entre 5.000 y 10.000 euros extra.

Habría que restarle la ayuda del Gobierno, hasta 5.500 euros entregando el coche antiguo, con su Plan Moves II. Aunque parte de la subvención tocará devolverla después en la declaración de la renta.

Pros y contras de los coches eléctricos

Otro de las cosas en las que podemos ahorrar es en los gastos del parking o en el Impuesto sobre Vehículos de Tracción mecánica, que en los eléctricos está bonificado. Además, la factura en revisiones y cambios de líquidos será menor. De todas formas, antes de comprarnos uno hay que pensar bien en todas las variables.

Hay que tener en cuenta sobre todo el uso que le daremos y cuántos kilómetros pretendemos hacer con él. El usuario ideal es el que tiene dónde cargarlo y no hace más de 200 kilómetros diarios. Se puede viajar, pero de una forma muy planificada y sin urgencia. España sigue a la cola de Europa en cuanto a puntos de recarga.

En otros países como Noruega, donde la mayoría de sus ciudadanos ya tiene un coche eléctrico, muchos conservan su anterior vehículo de gasolina o diésel para los viajes largos. Y eso a pesar de que allí cuentan ya con una mucho mayor infraestructura pública de recarga.

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