PARA 120 PAÍSES
90 científicos de 15 nacionalidades trabajan en Bruselas en un laboratorio en el que se diseñan los refrescos. Desde allí desarrollan bebidas para 120 países y entre la plantilla hay dos españoles.
Comprueban la apariencia, el gusto, el sabor, el color. El objetivo es trabajar muy rápido, cometer el mayor número posible de errores para aprender y ponerse a prueba.
En un solo día pueden llegar a desarrollarse hasta 30 recetas y cualquier avance de los que se consigue en el interior del centro ha de guardarse en secreto, ya que es ahí donde se consigue el sabor perfecto, aunque la última palabra la tienen los consumidores.