Guerra ruso-ucraniana
La guerra ruso-ucraniana ocurre a miles de kilómetros de España, pero tiene efectos directos en la vida de muchos países, especialmente de la Unión Europea. Uno de los daños colaterales más notables es la subida de precios de tres bienes esenciales como los alimentos, el gas y los combustibles.
Cada bombardeo, cada explosión, cada territorio anexionado en Ucrania, tiene consecuencias directas en nuestra vida diaria. Coletazos de una guerra que afectan a la economía de muchos países, entre ellos, España.
Los efectos sobre el cereal
Nuestro país es un gran productor de ganado. Son necesarias 36.000.000 de toneladas de grano al año únicamente para mantener a los animales del sector primario. Pero nuestra capacidad de producción es muy inferior a las necesidades de la demanda. España produce 23.000.000 de toneladas, los 13.000.000 que necesitamos los compramos a otros países.5.000.000 a Ucrania.
El comienzo del conflicto provocó la caída de las exportaciones ucranianas de cereal. Este hecho tiene un efecto claro: la demanda es la misma pero la oferta se desploma, la consecuencia es la subida del precio. Javier Alejandre, de la Unión de pequeños agricultores y ganaderos, asegura que "antes de la guerra, la tonelada de trigo costaba unos 180 euros. Ahora la compramos por más de 360". Un cambio que provoca un efecto en cadena de subida de precios en la cada alimenticia, concretamente a todos los productos que requieran del cereal: carne (alimento del ganado), el pan o la pasta.
¿Por qué sube el precio del diésel?
El viejo continente requiere de 1.300.000 de barriles de gasóleo diarios además de los que puede producir. Rusia produce uno de los crudos más puros del mundo y, aunque la UE trata de evitar la compra de este producto a Moscú, el ejecutivo de Putin cambia de estrategia. Venden el crudo a India, allí se convierte en diésel y entonces se lleva cabo la venta a Europa. En todo este proceso el producto se ha encarecido. Nacho Rabadán, Director General de CEES, nos confirma que es el motivo por el que el litro de gasolina se sitúa en los 0,18€ y el diésel alcanza los 0,48 euros. Asegura que venden el combustible "bastante más caro de lo que vendíamos pero compramos mucho más caro de lo que compramos". Además, a partir de febrero, la UE ha decidido restringir completamente la compra de gasóleo a Rusia, lo que provocaría un nuevo aumento del precio del combustible.
Solo consumimos un 11% de gas ruso
La compra de gas es aún más compleja. Adquirirlo a países que no tienen gasoductos, como EEUU, Nigeria o Argelia, desata un proceso que encarece el coste de manera significativa. Roberto Gómez, profesor de la Universidad Europea de Valencia, explica que hay que "comprimir el gas, enfriarlo, hacerlo líquido, transportarlo por tierra o aire y volver a convertirlo en gas". Su precio se ha multiplicado por 10, y eso que el gas ruso es solo el 11% del total que nos llega a España.
Cabría preguntarnos el motivo por el que, siendo así, el precio de este suministro ha subido de una manera tan rápida en nuestro país. El analista de geopolítica energética Mauro G. Ferrándiz, nos recuerda que estamos en un mercado globalizado: "la falta de suministro es a nivel europeo y, consecuentemente, el mercado no es solamente el mercado español. Hay una competición por ese suministro.
Un conflicto que ha roto el equilibrio en muchos sectores y que afecta directamente a nuestro bolsillo.