CITA EN BRUSELAS
El enfrentamiento entre el Gobierno italiano y la Comisión Europea a cuenta del presupuesto de Roma para 2019 que Bruselas rechazó dominará la reunión de ministros de Economía y Finanzas de la eurozona (Eurogrupo) de este lunes, en la que también seguirán avanzando en las reformas para fortalecer la arquitectura de la moneda única.
El caso italiano ha entrado en la agenda de los ministros después de que el Ejecutivo comunitario emitiese finalmente una opinión negativa sobre el plan de presupuestos elaborado por el gobierno de coalición de Movimiento 5 Estrellas y la Liga y pidiese uno actualizado, como muy tarde, el 13 de noviembre.
La Comisión Europea dio incluso un paso más el pasado martes, cuando inició el procedimiento para abrir un expediente a Italia por su elevada deuda pública. Este proceso que podría desembocar en última instancia en una multa de unos 3.500 millones y la congelación de fondos europeos.
En este contexto, un alto funcionario europeo considera "bastante lógico" y "normal" que los responsables económicos de los Diecinueve aborden este asunto, aunque no espera que se discutan los siguientes pasos. (Los ministros) darán su opinión", se limita a explicar. Esto sucederá después de la exposición que previsiblemente hará el representante italiano, Giovanni Tria.
Sí que afirman las mismas fuentes que la postura de Bruselas contó con bastante apoyo entre los socios del euro en las conversaciones para preparar a nivel técnico el Eurogrupo, por lo que se espera que los ministros muestren públicamente su respaldo al Ejecutivo comunitario. Así lo expresan, por ejemplo, fuentes del Ministerio de Economía. "Nuestra posición es que se deben cumplir las reglas", apuntan, para después añadir que el caso de España, que también recibió una carta pidiendo información adicional, está "en las antípodas" del italiano.
En cualquier caso, fuentes comunitarias confían en que el debate sobre Italia sea "contenido" y ayude a "encontrar una buena solución". "Creo que será (una discusión) civilizada", confían estas fuentes, que recuerdan que "el Eurogrupo no es conocido por los gritos". "Incluso en 2015 escuché pocos gritos y había muchas razones para gritar", rememora un alto funcionario en referencia a la crisis griega.