LA MAYORÍA DE LOS PISOS ESTÁN VACÍOS
El país asiático se empieza a llenar de ciudades fantasma. Los edificios tienen propietarios, pero no inquilinos. Es lo que ha ocurrido debido a la especulación inmobiliaria. La mayoría de los chinos tienen más de una vivienda, ya que se consideraba que tener casas en propiedad era una inversión garantizada.
No hay más que ver las subastas. En apenas unos segundos se vende todo un residencial de pisos. Ante tal demanda, los promotores construyen sin parar y los precios suben como la espuma.
Una joven china reconoce no poder permitirse tal alarde de viviendas, pero "existe gente que tiene tres. Debería estar regulado", señala.
Para frenar la especulación, el gobierno chino sacará en abril un impuesto del 20% del precio en la compra de la segunda vivienda. Ante la noticia, los chinos para evitarlo han optado por divorciarse, y dividir así las propiedades y poder venderlas sin impuestos.
Es lo que ocurre en un pueblo cuyos ahorros están en el ladrillo. Se calcula que hasta el 2020 se construirán unas veinte ciudades al año.