Pisos turísticos
Durante este año, en Canarias se han registrado más de 2.000 viviendas turísticas que en 2023, una situación que produce nerviosismo entre los vecinos que conviven con las personas que pasan por ellas a diario.
Prefiere no desvelar su identidad ante el temor de que pueda ocurrirle algo, no solo por la situación por la que está pasando en la actualidad, sino por la que sufrió en 2018, y es que Esther (nombre ficticio), es una mujer víctima de violencia de género. En ese entonces, vivía con su ahora expareja, quien le propinó una fuerte paliza que le provocó una fractura craneal. Pasó siete meses en coma hasta que consiguió despertar, pero lo hizo con graves secuelas, ya que ahora tiene problemas de coordinación y vasculares y depende de una silla de ruedas para poder moverse.
Debido a su movilidad reducida, se vio obligada a dejar su casa y buscarse una que estuviese adaptada porque vivía en un tercer piso sin ascensor. Estuvo seis meses buscando una alternativa hasta que apareció esta, que para ella era "un milagro". Pensó que era una oportunidad "que no podía dejar escapar" porque está cerca de la playa de Las Canteras, el lugar idóneo para pasear con su silla. Pero por ese entonces no sabía la pesadilla que iba a vivir, y es que se trata de un edificio que cuenta con varias viviendas vacacionales en las que "hacen mucho ruido".
Cuando vio que las molestias eran continuas, habló con su casero, quien le facilitó el teléfono del propietario del piso que tiene justo encima. Resultó ser una empresa de vivienda vacacional, cuya respuesta fue clara: le dijeron que no se preocupase, que en pocos días se marchaban. Pero unos se van y otros llegan. Y los ruidos no cesan.
Debido a su pasado, Esther necesita descansar bien, algo que le ha sido imposible conseguir en esta vivienda desde su llegada, por lo que ha intentado remediarlo por su propia cuenta: "He subido en varias ocasiones para decirles que bajen la voz, pero con toda la fiesta que a veces montan, me da miedo subir por si me dan un golpe. Encima no solo son los gritos a la una de la mañana, también es el movimiento de muebles que hacen constantemente. Yo supongo que es porque tienen que abrir el sofá para convertirlo en cama. Pero de verdad, es cansino", asegura Esther. Además, el sueño interrumpido también provoca que muchas veces se encuentre de mal humor: "No me soporta nadie porque si no descanso, estoy muy irritante".
"No me soporta nadie porque si no descanso, estoy muy irritante"
Esther asegura que "si lo pones en una balanza, ha sido más negativo que positivo", y es que la situación se agrava con sus necesidades, pero no tiene otra opción. Ella ha intentado buscar otro lugar en el que vivir, pero no todas las casas están adaptadas y, además, asegura que no puede pagar más de los cerca de 700 euros que se gasta actualmente en recibos de alquiler, agua y luz.
Según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística, el archipiélago ha registrado, solo en los seis primeros meses de este año, cerca de 2.500 viviendas más respecto a todo el año 2023, en el que constaron un total de 44.376. Los tres municipios canarios con más alojamientos de esta tipología son Yaiza (Lanzarote), La Oliva (Fuerteventura) y Adeje (Tenerife), que acumulan el 22%, el 21,5% y el 13,3%, respectivamente.
El pasado mes de abril, el Gobierno de Canarias hizo público el Anteproyecto de Ley de ordenación sostenible del uso turístico de viviendas, que se espera que se apruebe durante este año, y mediante el que se obliga a que las viviendas residenciales que se quieran usar para este negocio tengan una antigüedad mínima de diez años, un mínimo 39 metros cuadrados útiles de superficie y un máximo de ocho plazas. También, establece unas reservas en las próximas edificaciones para uso exclusivamente residencial del 80% en las islas de La Gomera, La Palma y El Hierro, y del 90% en el resto del archipiélago.
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