EL COMPRADOR RECURRIÓ AL SUPREMO Y LE HA DADO LA RAZÓN
El Tribunal Supremo ha sentenciado que Caja Madrid deberá pagar al comprador de un piso los 20.000 euros que adelantó para reservarlo porque avaló a una promotora que incumplió, aunque solamente por 40 días, el plazo de entrega que le imponía el contrato de compraventa de la vivienda.
Tanto en primera como en segunda instancia se había desestimado la demanda entendiéndose que no existía incumplimiento de contrato por parte de la constructora, dado que el retraso en la entrega había sido muy escaso. Sin embargo, el comprador recurrió ante el Supremo y el alto tribunal le ha dado la razón al considerar que lo que el contrato imponía era que el comprador podía actuar contra el avalista y reclamarle el dinero simplemente con acreditar que no se había cumplido el plazo de entrega.
Los hechos probados en la sentencia señalan que la vivienda debía terminarse el 31 de diciembre de 2008, el comprador requirió el aval el 2 de enero y el 10 de febrero la promotora envió un burofax al comprador para efectuar la entrega. Sobre esta base el Supremo considera que no se ha cumplido el plazo y que la previsión del contrato hacía innecesario valorar si ese incumplimiento de la promotora fue o no grave y o razonar sobre si se frustró o no la finalidad del contrato.