LLEVABAN AÑOS ACTUANDO EN OCHO COMUNIDADES AUTÓNOMAS
Se presentaban en las casas como instaladores de gas, pero eran unos estafadores. Escogían a sus víctimas entre personas mayores que vivían solas, y también extranjeros o discapacitados. Fingían realizar una revisión y les cobraban por el servicio.
Primero colocaban un cartel en el portal de la casa anunciando revisiones. A los pocos días, la hacían.
Realizaban un par de acciones en las casas con instrumentos ficticios, y luego cobraban por el servicio.
Era un entramado formado por doce personas -todas ya detenidas- y que han actuado durante años en varias comunidades autónomas.
En ocasiones, amenazaban a sus víctimas con cortarles el suministro de gas si se negaba a sus revisiones, que calificaban de "obligatorias".
Llegaron así a obtener hasta 2.500 euros de una sola víctima.