Desperdicio de comida
Los hogares de todos los continentes desperdiciaron en 2022 aproximadamente 1.000 millones de comidas al día, mientras que más de 700 millones de personas pasaban hambre. Del total, más de la mitad se desechó desde los propios hogares.
Un estudio de la ONU ha confirmado que los restos alimentarios mundiales que se desaprovecharán darían para casi dos comidas diarias a quienes pasan hambre. Además de desperdiciar algo tan esencial como la comida, supone un fuerte golpe al bolsillo y se calcula que el coste de este desperdicio para la economía mundial es de aproximadamente mil millones de euros.
A nivel social, el desperdicio de alimentos es una paradoja dolorosa cuando millones de personas en todo el mundo sufren de hambre y malnutrición. Se estima que alrededor de 690 millones de personas pasan hambre diariamente, mientras que los alimentos que podrían alimentar a estas personas se desperdician en enormes cantidades. Si se dejara de malgastar alimentos se podrían dar casi dos comidas diarias a quienes pasan hambre.
Los productos que más tiramos a la basura son:
- Frutas: 8 kg.
- Verduras y hortalizas: 3,8 kg.
- Leche: 1,3 kg.
- Resto: 18,8 kg.
Del total, el 12% de los desperdicios se generan en comercios, el 28% en restaurantes y el 60% es comida que tiramos a la basura desde nuestros hogares.
- Parejas con hijos pequeños: 1,88 kg/semana.
- Parejas adultas sin hijas: 21,44 kg/semana.
- Hogares monoparentales: 1,35 kg/semana.
- Jóvenes independientes: 0,84 kg/semana.
- Personas jubiladas: 0,81 kg/semana.
Esto afecta también al medio ambiente, el desperdicio de alimentos generó casi un 10% de las emisiones mundiales de gases de efectos invernadero, casi cinco veces más que el sector de la aviación. Unas cifras escandalosas, por eso se han buscado soluciones como en varios hoteles que transforman la comida en abono. Introducen los restos a una máquina, lo trituran y finalmente se reutiliza convirtiéndose en el mejor abono para las plantas.
La cifra de los alimentos que el año pasado los españoles desperdiciaron equivalen a 116 veces el peso de la Torre Eiffel o al peso que pueden transportar diez barcos cargueros. Sin embargo, es la más baja desde que el Ministerio de Agricultura recoge datos.
Si bien entre 2017 y 2020 el volumen de desperdicios aumentó un 15%, luego la gestión mejoró, y en 2022 se malgastaron 193.300 toneladas menos que en el primer año de la pandemia y 75.400 toneladas menos que en 2021.
Pero hemos mejorado. En el último año cada individuo ha pasado de desperdiciar 28,2 kg en 2021 a 25,3 kg, es decir, un 10,3% menos.
Aún así, solo 21 países incluyeron la reducción de desechos en sus planes climáticos nacionales. Se requiere una acción coordinada en todos los niveles, desde los gobiernos y las empresas hasta los consumidores individuales. Políticas que promuevan la reducción del desperdicio de alimentos, la mejora de las prácticas de producción y distribución, así como la educación pública sobre el valor de los alimentos y la importancia de reducir el desperdicio son esenciales para abordar este desafío para que deje de suponer un problema mundial.
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