// Raúl Marqueta
La Comisión Europea (CE) está estudiando el uso que se da a las monedas de uno y dos céntimos para decidir si suprime su uso. Para ello pretende redondear los precios pero sin que exista ninguna diferencia de unos países a otros.
Los comerciantes hace tiempo evitan estas monedas porque, según aseguran, nadie los quiere. Pero algunos clientes temen que con la retirada de los céntimos puedan subir los precios.
En algunos países europeos ya las han retirado y la idea de Bruselas sería que todos redondeemos igual los precios.
El redondeo de la suma a pagar en caja se impuso como obligatorio en Finlandia en el año 2002, mientras que en Holanda se aprobó en 2004. En 2014 Bélgica introdujo el redondeo voluntario, Irlanda lo hizo en 2015 e Italia en 2017, dejando incluso de acuñar estas monedas.