EN UNA CARTA FORMAL
La Comisión Europea (CE) envió una carta formal a España en la que le advierte de que puede haber un riesgo de que se desvíe del ajuste estructural que le exige Bruselas en 2019 y le pide más información sobre las medidas incluidas en el borrador de presupuestos que le remitió el lunes. En su misiva, el Ejecutivo comunitario señala que el borrador prevé un aumento nominal del gasto neto del 1,7 %, "que excede el aumento máximo recomendado del 0,6 %", así como que el ajuste estructural del 0,4 % del PIB que prevé se queda por debajo del 0,65 % recomendado por las instituciones.
"Basados en la limitada información disponible, no podemos excluir un riesgo de alguna desviación del esfuerzo requerido", añade a renglón seguido, en referencia a la reducción del déficit estructural -sin tener en cuenta el ciclo económico- que la Comisión exige a España el año próximo. El Ejecutivo comunitario cuestiona también que España cumpla con las normas de reducción de la deuda pública. La Comisión considera que el borrador "no da una imagen completa de las medidas planeadas" y pide a España que le proporcione "toda la información necesaria sobre las medidas, en particular en lo que se refiere a su impacto presupuestario".
Por otra parte, Bruselas señala que la presentación de la Ley de Presupuestos en el Parlamento no ha ido "en paralelo" al envío del borrador a la Comisión, por lo que pide que, "si hubiera diferencias sustanciales" entre el documento remitido y el que finalmente se presente en la cámara, "envíen tan pronto como sea posible un borrador actualizado". En este sentido, insta a informarles también sobre cualquier novedad o decisión fiscal que vaya a ser tomada en las próximas semanas.
España debe ahora enviar su respuesta a la Comisión a más tardar el 22 de octubre para que esta pueda emitir una opinión definitiva, y el Ministerio de Economía ya ha avanzado en un comunicado que "la información adicional solicitada será enviada dentro del plazo fijado". "La Comisión Europea desea continuar un diálogo constructivo con España para llegar a una valoración final", concluye la misiva.
La carta está firmada por el director general de Asuntos Económicos y Financieros del Ejecutivo comunitario, Marco Butti, y dirigida al secretario general del Tesoro español, Carlos San Basilio, lo que contrasta con las enviadas en los últimos ejercicios, que iban firmadas por comisarios y destinadas al entonces ministro de Economía, Luis de Guindos. Precisamente en esta "diferencia con años anteriores" pone el acento el Ministerio de Economía, que ha asegurado que la carta es un "documento técnico" que pide los anteproyectos de ley aprobados hoy y un "escenario presupuestario inercial a políticas constantes".
En un comunicado, el ministerio ha defendido además que el ajuste del 0,4 puntos del PIB, "si bien está por debajo de los 0,65 puntos recomendados por las instituciones comunitarias, se sitúa dentro de los márgenes de flexibilidad previstos por el Pacto de Estabilidad y Crecimiento". La nota añade que el plan se ajusta a las normas de estabilidad comunitarias y contempla para 2019 una reducción del déficit público de 0,9 puntos del PIB, un superávit primario (sin contar los intereses de la deuda) del 0,6 % del PIB y una reducción de la deuda pública en 1,5 puntos del PIB.
En cualquier caso, la carta de Bruselas no supone un rechazo a las cuentas españolas y las advertencias están muy lejos de las hechas ayer a Italia por los comisarios, que ven en sus presupuestos un "incumplimiento particularmente serio" de las normas que sí podría culminar con un rechazo del presupuesto, algo inédito hasta ahora.
Además de a España, la Comisión ha enviado cartas a Portugal, Francia, Bélgica y Eslovenia para pedirles clarificaciones. En el caso de Portugal, el Ejecutivo avisa de que el aumento del gasto primario es mayor de lo recomendado (3,4 % frente al 0,7 %) y el ajuste estructural menor del 0,6 % del PIB acordado (Lisboa estima que será del 0,3 %, pero la Comisión calcula un 0,2 %).
En situación similar se encuentra Francia, que incumpliría el ajuste estructural por cuatro décimas (será del 0,2 % del PIB, según la Comisión) y pide más detalles para ver "si puede evitarse el riesgo de desvío significativo". A Bélgica le advierte además de que no cumple con las normas de reducción de deuda, mientras que a Eslovenia le pide un presupuesto actualizado en cuanto el Gobierno pueda llevarlo al Parlamento. La Comisión emitirá sus opiniones definitivas antes del 30 de noviembre.