Bill Gates
Las personas con mayor éxito en el mundo encuentran al menos una hora para aprender todos los días. Se trata de la regla de las 5 horas. Solo hay tres pasos que se deben seguir para crear tu propio ritual de aprendizaje: encuentra tiempo para leer y aprender. Hay que ser constante en el uso de ese tiempo sin distraerse. Y hay que utilizar trucos que ayudarán a recordar y aplicar lo que aprende.
La regla de las 5 horas
Muchos de los líderes, personalidades y grandes empresarios, a pesar de estar extremadamente ocupados, dedican al menos una hora al día (o cinco a la semana) durante toda su carrera a actividades que podrían clasificarse como prácticas o de aprendizaje. A este fenómeno lo llaman la regla de las cinco horas.
Estas personalidades mundialmente conocidas y reconocidas, dividen la regla de las cinco horas en tres grupos: lectura, reflexión y experimentación. Por ejemplo, el fundador de Nike, Phil Knight, tiene tanto amor hacia su biblioteca que cuando llega a ella, se quita los zapatos y hace una reverencia. La presentadora estadounidense, Oprah Winfrey, atribuye a los libros gran parte de su éxito: "Los libros fueron mi camino hacia la libertad personal ".
Hábitos de lectura
Warren Buffett pasa de cinco a seis horas al día leyendo cinco periódicos y 500 páginas de informes corporativos. Bill Gates lee 50 libros al año. Mark Zuckerberg tenía como objetivo leer al menos un libro cada dos semanas. Elon Musk creció leyendo dos libros al día, según su hermano.
Reflexiona
Otras veces, la regla de las cinco horas se basa en el tiempo de reflexión y pensamiento. Algunos empresarios de éxito hacen que su equipo pase cuatro horas a la semana solo pensando. El CEO de LinkedIn, Jeff Weiner, programa dos horas para pensar cada día.
Experimentación
Finalmente, la regla de las cinco horas aplica los conocimientos y el aprendizaje con la experimentación. El mejor ejemplo de experimentación podría ser Thomas Edison. Aunque era un genio, Edison abordó los nuevos inventos con humildad. Identificaba todas las soluciones posibles y luego probaba sistemáticamente cada una de ellas.
Thomas Edison llevó la experimentación a tal extremo que su competidor, Nikola Tesla, dijo sobre el: "Si tuviera una aguja para encontrar en un pajar, no se detendría a razonar dónde, lo más probable es que proceda de inmediato con la diligencia de la abeja y examine paja tras paja hasta encontrar el objeto que busca".