Crisis por coronavirus
Ese café a primera hora, ese pincho a media mañana o esa sobremesa infinita con familia y amigos, ahora nos quedan muy lejos. Porque, aunque parezca mentira, ese jaleo, esa vida tan característica de nuestros bares, se apagó hace ya más de un mes.
Los bares y restaurantes están cerrados desde hace ya más de un mes que se decretó el estado de alarma como consecuencia de la pandemia por coronavirus.
"Da mucho miedo, da mucho temor, no sabemos cómo va a comportarse el consumo", asegura Margarita Arango, responsable del Restaurante Papaúpa, a la que preocupa, sobre todo, las medidas que tendrá que tomar para volver a abrir.
"Si las mesas que están en el exterior se van a reducir de cinco a tres o de cinco a dos, si vamos a tener que poner mamparas.", afirma Gonzalo.
Y muchos de ellos ven como les ahogan los gastos fijos de sus negocios. "Seguimos pagando impuestos, seguimos pagando muchas cosas y lo que más reina es la incertidumbre".
Unos 40.000 locales no sobrevivirán al confinamiento. Y se calcula que podrían perderse más de 200.000 empleos. "Si cuando abra, la cosa no funciona, habrá que replantearse el tema", afirma un empresario.
Para frenar esta crisis en la hostelería ya se han puesto en marcha varias iniciativas. El objetivo nos los encontremos otra vez ahí, detrás de la barra, esperando para servirnos la primera caña de muchas.