Aterrizaje de emergencia
A las 14.33 el Boeing 767 de la compañía Air Canada despega del aeropuerto de Barajas, unos instantes después se escucha un sonido similar a una pequeña explosión. La tripulación aclara al pasaje que ha reventado una rueda del tren trasero de aterrizaje. Algunos fragmentos de la rueda se introducen en uno de los motores y afectan a su funcionamiento. El comandante decide que el avión tiene que volver.
A partir de ese momento comienza a cumplirse con el protocolo asignado a ese tipo de imprevistos. No se considera una situación crítica pero hay que ponerse en lo peor y tener todos los medios preparados. Para los pilotos es una de las complicación que más entrenan pero no es grave. Hay que actuar eso sí, según las instrucciones, lo primero es gastar el combustible, el avión lleva 90.000 litros de combustible y necesita cuatro horas para quemarlo, aligerar el peso al tocar tierra y evitar que una chispa provoque un incendio.
Una vez realizado el aterrizaje sin problemas comienza la investigación. El ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos, activó la Comisión de Investigación de Accidentes. Un equipo técnico revisa el avión en pista. A primera vista lo más evidente es el terrible aspecto que muestra la rueda destrozada del Boeing pero hay mucho más que analizar, también el motor averiado.
Las muestras que han dejado en la pista ya están en posesión de la Comisión y se ha abierto el expediente oportuno.