ENTERRADOS POR LA HERENCIA
El trabajo de los cazaherencias comienza cuando reciben el chivatazo de un patrimonio yacente, es decir un piso o herencia que lleva ocho años abandonado sin que nadie lo reclame.
Este patrimonio pasaría a manos del Estado si no fuera por los investigadores, genealogistas y abogados que han dado luz a la profesión de cazaherederos.
Pedro Fernández es abogado genealogista. Ellos buscan pistas para reconstruir el árbol genealógico de los hermanos. Fernández dice que la mayoría de herencias que actualmente se queda sin reclamar son del extranjero, entre 3.000 y 50000 millones cada año.
"La gente no está pendiente del dinero de los muertos sólo del dinero de los vivos", afirma Fernández.
Los cazaherederos cobran entre el 20% y el 40% de la herencia que entregan.