Consecuencias sequía
El riego está garantizado para toda la zona, pero los agricultores temen que las restricciones de agua les acaben afectando. El año pasado tuvieron que regar un 50% menos.
Preocupación entre los arroceros del Delta del Ebro por la sequía. Temen restricciones al riego en sus campos, aunque les dicen que sus cultivos no están en riesgo.
El ciclo del arroz no se entiende sin el agua. Es un cultivo húmedo que la necesita para inundar los campos. Ahora, los terrenos están secos porque todavía no ha empezado la siembra, que se iniciará en mayo. Acompañamos a Dani Forcadell, arrocero de la zona, nos explica que el año pasado hubo restricciones y tuvieron que regar un 50% menos. Aunque lograron salvar la cosecha, hubo pérdidas en la producción "de en torno el 25%".
La temporada anterior "le vimos los cuernos al toro y ahora estamos muy preocupados", añade Forcadell. Por eso, "el miedo está latente" entre los arroceros de la zona.
La campaña anterior fue la primera vez con restricciones en 160 años desde que se cultiva el arroz en este humedal. En 2023, tuvieron la peor cosecha de las últimas décadas. De obtener 135.000 toneladas de arroz, pasaron a 100.000.
De momento, les dicen que el agua está garantizada y que no habrá restricciones, pero desconfían. Nos lo explica Toni Domingo, técnico agrónomo: "en principio no vamos a tener restricciones, pero cuando veas las barbas de tu vecino cortar pon las tuyas a remojar".
Además de la sequía, el arroz también está afectado por el cambio climático. Según los expertos, una subida de tan solo un grado de la temperatura puede hacer caer la producción un 3%.
El arroz es el motor económico de los campos de toda la zona. En el Delta hay 22.000 hectáreas dedicadas a este cultivo. La campaña empezará en primavera cuando se siembren los campos, se inunden los terrenos y el Delta se convierta en un gigantesco espejo del que saldrán toneladas de arroz.