Dana en Valencia
Un pequeño embalse en Cheste y la canalización de las aguas del barranco del Poyo hacia el nuevo cauce del Turia podrían haber evitado la tragedia. Lo asegura que el arquitecto Julio Gómez-Perreta, buen conocedor del funcionamiento de las riadas en Valencia. Es hijo del ingeniero que diseñó el nuevo cauce del Río Turia tras las inundaciones de 1957.
Sobre un mapa gigante del área metropolitana de Valencia que tiene en su despacho, el arquitecto Julio Gómez-Perreta explica a Antena 3 Noticias los detalles del Plan Sur de Valencia, el proyecto que diseñó su padre en 1957 y que ha servido desde entonces para proteger a la capital de desastres como el de esta DANA.
Un plan que desvió el cauce original del río Turia para llevarlo a la zona sur de la ciudad, canalizado por unas conducciones que pueden asumir hasta 5.500 metros cúbicos de agua por segundo. De no haber existido esta obra, asegura, esta riada habría anegado ahora los barrios marítimos y luego el agua hubiera seguido inundando el resto de Valencia.
“Fue una obra afortunada que ha salvado vidas”, dice el arquitecto, y que puede servir para seguir salvándolas en el futuro en otras zonas de la provincia.
Recuerda que existen otros proyectos “ya hechos y guardados en los cajones del Ministerio” que podrían haber evitado también esta última tragedia. Uno de ellos es un sistema de retención de aguas, una especie de pantano en la cabecera del Barranco del Poyo, en la localidad de Cheste. Eso, cree el arquitecto, hubiera limitado mucho la ingente cantidad de agua, barro y suciedad que arrastró el barranco aquel día destrozando todo lo que encontraba a su paso.
El otro proyecto que también está diseñado desde hace años -sin que ningún gobierno se haya decidido aún a ponerlo en marcha- es la conducción de las aguas desde Barranco del Poyo (o al menos parte de los excedentes que lleva durante una riada) hacia el nuevo cauce del Río Turia. Sobre el mapa nos señala los puntos por donde se podría hacer la conexión y que no están muy alejados el uno del otro. La obra, según su estimación, podría tener un coste de unos 200 millones de euros, muy por debajo de lo que costará ahora reconstruir los destrozos de esta última riada.
Al no existir ese desvío -nos explica- el agua ya llegó desbordada al llegar a Torrent, y siguió causando daños irreparables en Picanya, Paiporta (donde la existencia de un meandro en el barranco provocó la mayor catástrofe), Benetússer, Alfafar, Massanassa y Catarroja antes de desembalsar en La Albufera y después en el mar.
"Ha sido un verdadero error, un auténtico suicidio, no tener estas dos cosas: el pantano de Cheste y el barranco de El Poyo conectado con el nuevo cauce" asegura Gómez-Perreta, aunque confía en que esta desgracia sirva al menos para que las administraciones se pongan de acuerdo y las construyan antes de que llegue una nueva DANA.
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