Cesta de la compra
La vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz, se reunirá el próximo lunes con las grandes distribuidoras para buscar acuerdos sobre el coste de la cesta de la compra.
La inflación ya alcanza el 10,8% y llenar la nevera es cada vez más caro. En este contexto, la vicepresidenta, Yolanda Díaz, insiste en reunirse el próximo lunes con las grandes distribuidoras para buscar acuerdos sobre el coste de la cesta de la compra. La vicepresidenta pretende llegar a un acuerdo que permita limitar los precios máximos de una serie de productos básicos de la cesta de la compra, en un reunión con nueve asociaciones de consumidores y tres grandes asociaciones de distribuidoras, que representan los intereses de empresas como Mercadona, El Corte Inglés, Día o Lidl. Según Díaz, se incluirán unos 20 o 30 productos en esta cesta básica.
Sin embargo, parece que pactar precios en nuestro país, como promueve el acuerdo de la vicepresidenta Yolanda Díaz, no es legal. "La Comisión Nacional de Mercados y Competencia es la que se encarga de velar para que esto no ocurra. Las grandes empresas sí tendrían el poder de pactar porque ellas sí que pueden perder margen e incluso tener pérdidas en determinados productos porque tienen otros muchos productos con los que recuperar ese margen, pero eso no lo pueden hacer los pequeños comercios. Ellos no pueden bajar unos precios para tener un rendimiento por otro sitio", ha asegurado la economista Ana Comellas a Antena 3 Noticias.
La subida del precio de la energía y los combustibles afecta especialmente a las cadenas de distribución, provocando que los márgenes de beneficio y de maniobra sean cada vez más reducidos, llegando a agotarse. "Las empresas de distribución asumen un riesgo. Ellos compran el producto a un precio fijo acordado y luego la venden con un valor que todavía no conocen y que depende de la demanda que haya en ese momento. Ese riesgo lo cubren con un margen. Cuanto mayor es el riesgo, mayor es el margen", explica Comellas.
Los agricultores pactan un precio previo sin conocer el precio de la energía
Pero éstosno son los únicos que arriesgan. "Los agricultores precisamente se arriesgan porque pactan un precio previo sin saber cuánto les va a subir la energía. Ahora, las empresas tienen que ajustar ese margen para que los precios no se estén disparando continuamente", continúa.
La economista asegura que "la inflación no está causada por el precio de los alimentos", sino que tiene "múltiples causas". Esto puede suponer un alivio para las familias porque hay una serie de productos básicos que se mantienen, pero al final va a ser como poner una tirita en una hemorragia. No sabemos si durará, pero desde luego no va a detener la hemorragia", sentencia.