Alquiler
Muchos futuros inquilinos se quejan de la cantidad de requisitos y preguntas íntimas a las que son sometidos para poder alquilar una casa.
Raquel es camarera, tiene un contrato temporal, tiene pareja y no tiene hijos. Víctor es instalador de telecomunicaciones, con contrato indefinido, sin pareja, ni hijos. Rosario, por su parte, es profesora, indefinida, con pareja y con dos hijas. Tres perfiles distintos y el mismo objetivo: alquilar un piso. Estos son los datos mínimos que les han pedido para poder conseguir una vivienda: "Antes con una fianza y un par de nóminas ya estaba", "ni para un trabajo te piden tantos datos", "ahora parece un casting", esto es lo que nos dicen en la calle, que ahora antes de alquilar tienes que ser el candidato ideal.
Mientras antes nosotros hacíamos la lista de requisitos a la hora de buscar un piso (dos habitaciones, con terraza...), ahora tenemos que adaptarnos a los requisitos que nos ponen, el problema, nos cuentan, que a veces son excesivos: "Me han llegado a pedir que pague siete meses por adelantado, además de la fianza". "Entre mi pareja y yo ganamos más de 2.000 euros al mes y les parecía insuficiente, nos descartaron", cuenta.
Falta de oferta y exceso de demanda
Ivon cuenta a Antena 3 Noticias que compitió con treinta personas para conseguir un apartamento: "no había manera de que me eligiesen". Esto se debe a la falta de oferta y el exceso de demanda, asegura Francisco Iñareta, portavoz de Idealista, por lo que los propietarios se pueden permitir elegir el perfil que más seguridad les ofrezca.
En pocos meses Andrea, otra de las afectadas, ha visitado ya tres pisos: "según entras notas esa percepción", es madre soltera y dice que no tener pareja le está complicando encontrar un hogar para su familia.
Además de los múltiples requisitos, la lista de preguntas también ha aumentado: "falta que te pidan tu grupo sanguíneo", "a mí me han preguntado si tengo antecedentes penales". Incluso muchos denuncian que hay propietarios que sobrepasan los límites, con preguntas muy íntimas y personales: "me han preguntado mi orientación sexual", "cuánto dinero tengo en el banco”, “si tengo pensado tener hijos”. Algo a lo que, nos dicen, a veces se sienten obligados a contestar, para intentar pasar el cásting inmobiliario y vivir en un piso de alquiler.