TRAMPAS EN LA RED
La consejera española de Trabajo en el Benelux, Concha Gutiérrez, advirtió de "las trampas en la red" de las ofertas laborales en Holanda, que "pintan una empleo de ensueño que luego no se corresponde con la realidad" y que dejaron a casi 500 temporeros españoles en vulnerabilidad en 2018.
"No firmes un contrato que no entiendes, no te comprometas a venir mañana e inmediatamente ponerte a trabajar en una empresa que no forma parte de los convenios, porque se salta todas las garantías y no paga el salario mínimo, ni los beneficios, ni la productividad, ni el fondo de pensiones, ni cotiza bien por el trabajador", avisa.
Casi 500 jóvenes españoles denunciaron haber sido víctimas el último año de los abusos laborales de empresas de trabajo temporal (ETT) que, una vez en Holanda, les hacen firmar contratos engañosos, con sueldos míseros y alojamientos inadecuados.
Estas empresas, que en numerosos casos no ratifican el convenio sindical sobre su gremio, actúan principalmente en logística, empaquetado, la devolución de paquetes y gestión del comercio en línea, son contratados por grandes compañías para ahorrarse un 40 % del coste de la mano de obra.
Las ETT captan a sus víctimas "a través de las redes" y con un "contrato señuelo, que no es el real porque luego les hacen firmar" un documento diferente en Holanda, no traducido al inglés o español, y con letra pequeña que permite a la empresa despedir al trabajador por cualquier motivo.
La primera recomendación de esta funcionaria es "no salir de España sin una buena información sobre lo que se van a encontrar de verdad en Holanda", y esto lo pueden conseguir, señala, en el Servicio Público de Empleo y la plataforma EURES, que ayuda a los solicitantes de empleo a salir al extranjero para buscar trabajo en Europa. "Esto lo tienen en su localidad o nos pueden escribir a nuestro correo o llamar por teléfono. Toda información es importante. Igual que cuando va a nevar, uno toma la precaución de abrigarse bien, el que sale de España para ir a trabajar en el extranjero, debe evitar caer en las trampas que se plantean en la red", alerta.
Además de la información previa, la consejera de Trabajo aconseja que "no se debe firmar nunca un contrato laboral si no se entiende lo que dice", ya que estos empleados se ven obligados a firmar un documento que está en neerlandés y sin traductor: "Deben entender bien el contrato, que esté en un idioma que conocen".
Estas ETT, no sometidas a convenio, introducen al trabajador "en una vía de explotación clara" porque no pagan ni el salario y ni las compensaciones que el empleado sí cobraría si trabajase para empresas similares que sí han pactado unos mínimos con los sindicatos holandeses. "Llegan aquí y firman un contrato que nada tiene que ver con lo que les han prometido en la red porque son empresas predispuestas a aprovecharse de la situación de vulnerabilidad en la que se pone el trabajador. De lo que le prometen a la realidad hay un buen trecho", asegura, según las denuncias recibidas en el Consulado de Ámsterdam.
Generalmente, el contrato que se ofrece desde España es de unos 18 meses pero en el documento que les hacen firmar una vez en Holanda, las empresas "se buscan la vida con letra pequeña para quitárselos de encima a los tres meses" desde su llegada.
Los temporeros tienen también dificultades para acceder a la tarjeta sanitaria porque toda la gestión se hace por internet y nadie les explica cómo ni dónde deben hacer el proceso. Además, las aseguradoras mandan la tarjeta directamente a la ETT, no al empleado, y tardan casi un mes en hacerlo: "Si les pasa algo, no tienen cómo ir al médico. Se encuentran en una situación de debilidad", señala la consejera.
Por otro lado, Gutiérrez explica que los trabajadores "están sometidos a un sistema de turnos" porque el trabajo en logística es de 24 horas y los empleados cuentan con unos descansos durante el día en los que se ven obligados a quedarse en la empresa porque su lugar de residencia está a varios kilómetros del trabajo y en las afueras de la ciudad. "Estas empresas ofrecen un tipo de alojamiento, que venden como una ventaja, pero que es la vía de la tortura. Generalmente suele ser un camping, alejado del lugar del trabajo y hace que el trabajador dependa de la ETT para todo. Son condiciones de trabajo y salud laboral cuestionables como mínimo", agrega.
La cifra de casi 500 españoles que denunciaron en el Consulado de Ámsterdam casos de "conflictividad laboral" con las ETT no representan la totalidad del problema porque muchos denuncian una vez regresan a España o llaman por teléfono cuando "ya han roto la relación laboral" con la empresa, lo que dificulta el proceso legal para recuperar sus derechos.