Criptomonedas
Los jóvenes ven en las criptomonedas una forma de ganar dinero fácil y rápido. Escocia ya ha abierto una clínica de rehabilitación contra la adicción a las criptos.
La especulación con criptomonedas tiene un elevado potencial adictivo debido al refuerzo intermitente y a la conexión en línea que permite "jugar" a cualquier hora y en cualquier lugar, lo que la ha convertido en una nueva ludopatía cuya adicción es incluso más peligrosa que a la de juegos de azar tradicionales o a las apuestas.
Así lo asegura la psicóloga clínica Consuelo Tomás, que alerta de que es una "adicción al alza" y señala que, además de tratarla, la labor de los profesionales de la Psicología debe ir orientada a que las personas con esta adicción controlen el impulso y eviten la sustitución o desplazamiento entre las diferentes conductas adictivas o a otras sustancias.
Cada vez más españoles invierten o especulan con criptomonedas -incluso Hacienda ha incluido la casilla 1626 para declararlas en la Renta de 2021- y es una realidad cuyo denominador común es especular con monedas virtuales para sacar el máximo rendimiento a corto plazo.
Jóvenes en criptosectas
Es el caso de un joven, a quien le invitó un amigo para entrar en la academia. Allí, supuestamente les iban a enseñar a operar con criptomonedas en mercados financieros. "Vino encantadísimo de esa reunión, que costaba 200 euros entrar y 150 euros al mes. Al principio no nos pareció mal y se lo pagamos", dice la madre de la víctima.
Todo empieza con un envío de mensajes para ser un triunfador y ganar dinero de manera fácil y rápida. "Te puedes hacer rico, te puedes conseguir cualquier cosa", dicen.
Rafa es otro joven que los escuchó desde dentro. Apenas aprendió sobre mercados financieros, pasó de ser un chico captado a ser captador. "Te genera mucha ansiedad, tienes que captar gente. Cuánto más gente captas, más cobras", explica.
Es una presunta secta de la que es difícil salir. "Siempre hay algún amigo que te dice que eso es una estafa, pero tú no lo crees", dice Rafa. Muchos han abandonado a sus familias, los estudios e incluso algunos son menores de edad.
La Policía les acusa de estafa, publicidad engañosa y organización criminal. La Comisión Nacional del mercado de Valores alerta de que no cuenta con ninguna autorización.