ESTAFÓ EN TORNO A 35.500 EUROS
Durante más de dos años y medio, Víctor Quesada habría utilizado su cargo de secretario de una federación en la UGT de Tenerife para realizar pedidos de móviles y tabletas. Los conseguía a coste cero, canjeando los puntos. Supuestamente, los terminales iban destinados a los sindicalistas para su trabajo, pero nunca llegaron a este destino.
Un sobrino de Quesada los recogía en el distribuidor de telefonía móvil. Le acompañaba su pareja sentimental y los dos acudían a tiendas de segunda mano de Santa Cruz de Tenerife para revender todo el material.
La Policía comenzó las investigaciones y, finalmente, los tres, tanto el sindicalista como su sobrino y su novia, fueron detenidos. Llegaron a vender más de un centenar de móviles con un precio de mercado que rondaría los 35.500 euros. El juez decretó para ellos la libertad con cargos y ahora están a la espera de juicio.