Coronavirus
Las campañas de recolección han aportado un soplo de aire fresco al empleo en la agricultura, que ha resistido mejor que otros sectores la sacudida del coronavirus y ve ahora cómo se suavizan algunas de las restricciones impuestas en el estado de alarma.
Aun así son muchos los que están sufriendo las consecuencias del estado de alarma, como los temporeros de Cádiz. Cada año, cerca de 1.000 vecinos de Alcalá del Valle (Cádiz) hacen sus maletas y se marchan a Francia a trabajar, pero ese año el estado de alarma se lo impide.
A pesar de la prohibición, decenas de ellos han vulnerado el cierre de fronteras. Hasta la fecha, unos 200 vecinos han conseguido cruzar la frontera y ya se encuentran en Perpiñán para trabajar en la recogida del melocotón y la nectarina.
La mayoría de ellos lo han hecho atravesando carreteras secundarias. Han recorrido 1.2000 kilómetros para los que habrán tardado unas 12 horas.
Desde el Ayuntamiento, se pide colaboración entre ambos gobiernos para que los trabajadores que van con contrato puedan pasar con ciertas garantías. Rafael Aguilera, el alcalde, asegura que es "un sin sentido, que nos dejen de mandar contratos o que abran las fronteras para que dejen pasar a temporeros inmigrantes.