Placas solares
Las compañías que se lanzan a la compra de suelo en la zona ofrecen 15.000 por hectáreas, precios muy por encima de su "valor de mercado".
En países del sur de Europa, como en Francia o España, numerosas tierras para el cultivo de la vid dejarán de serlo ante las altas temperaturas que se registran cada año por el calor y la falta de humedad hacen que las uvas maduren antes de tiempo. Pero el coste elevado de la luz también provoca un ahogo y de otros gastos que antes eran menores también.
La situación es aprovechada por las empresas de energías renovables, que ven a los viticultores como una presa fácil. Estos se aprovechan de la falta de rentabilidad de sus tierras. Sin embargo, el rechazo a la expansión de las plantas fotovoltaicas aumenta en varias zonas.
Las compañías que se lanzan a la compra de suelo en la zona ofrecen 15.000 euros por hectárea. Se trata de precios muy por encima de su "valor de mercado".
Compromiso de venta o alquiler
Algunos de los viticultores han firmado un compromiso de venta o de alquiler. Este compromiso les garantiza unos 100 euros por hectárea hasta que se concreten los proyectos fotovoltaicos. Sin embargo, otros de ellos rechazan dichas propuestas. Muchos se han posicionado en contra porque consideran que es perjudicial para el medio ambiente o porque pretenden aguantar lo posible hasta conseguir mayores beneficios.
Hasta hace unos días, estos viticultores no tenían compradores para sus tierras. La situación les obliga a buscar otras soluciones. La instalación de las placas solares podría cambiar tal y como conocemos el mundo agrícola.
Muchos de los agricultores han recibido ofertas en los últimos días para alquilar las hectáreas de cultivo a cambio de instalar dichas placas solares. El objetivo es dar un uso más productivo a los terrenos que han perdido que se encuentran con pérdidas económicas por los bajos precios del mercado del cereal y la viña y los altos costes de producción.
Es el caso de José. "Con las patatas a pérdidas a lo mejor podía ganar 500 euros", explica. Es por ello que no ha podido rechazar la oferta debido a que llegará a ingresar hasta 140.000 euros al año. "Da pena, pero qué hacemos si han aumentado los abonos, el gasoil, …", se lamenta.