Skate
Hace solo poco más de un año empezó a patinar. Compró un viejo monopatín por 800 yenes, unos seis euros, y se lanzó a la pista. Todo un valiente Yoshio Kinoshita. Porque a sus 81 años, las caídas tienen un riesgo de lesión muy alto.
"Va a tener roturas con mayor frecuencia. Los tejidos son menos elásticos y más rígidos. Una hora elástica es más difícil que se rompa, pero un jarrón de porcelana es más fácil2, explica el doctor Tomás Fernández Jaén.
Nada le frena sin embargo al señor Kinoshita. Primero aprendió a bajar rampas pequeñas y luego, las más grandes. Y es que el skate no entiende de edades.
Comenzó practicando sin monopatín y con un cable de seguridad, después ya patinando pero con la ayuda de otra persona. Al final, tras varios intentos, logró lanzarse por la rampa.
"¡Contento, muy contento! ¡no deseo nada más! Pensaba que si no podía hacerlo sería muy vergonzoso", asegura Yoshio Kinoshita.