Rugby
Yanca Almeida sufrió con 12 años acoso escolar. Lo pasó muy mal pero encontró en el deporte su mejor arma: se aficionó al rugby y así consiguió hacerle un placaje al bullying.
Yanca Almeida fue valiente contra el acoso escolar, y eso que su calvario empezó siendo muy niña, con apenas 12 años: "Se metían todo el tiempo conmigo porque estaba gordita, porque estaba muy morenita". Agresiva y con carácter, así se define dentro del terreno de juego Yanca Almeida, jugadora del Santiago Rugby Club. Para ella este deporte ha sido un salvavidas en los momentos más duros de su vida. Sufrió 'bullying' por ser diferente, pero lo que parecían debilidades ella las convirtió en fortalezas: "Tenía los hombros anchos, era fuerte". Cualidades con las que en el rugby encontró su refugio: "Era el único sitio en el que yo sentía que podía con todo".
La primera vez que cogió un balón de rugby fue precisamente a los 12 años: "Era una actividad extraescolar. Por ese momento sufría acoso escolar por mi físico, era gordita, y necesitaba encontrar un lugar donde poder ser yo misma", comenta la zaguera. Decidió dar el paso a pesar de que era la única niña en el conjunto. Por esta razón, a sus padres no les hacía mucha gracia que siguiera en el equipo por si se repetía alguna situación como la vivida en el colegio y acabó dejando el deporte. "Era la única chica... podrían pensar que era una 'marimacho'", señala.
Anorexia y bulimia
Y lo que Yanca define como "una mala racha por temas de acoso escolar", se convirtió en una pesadilla en el instituto, ya con 17 años. "Más críticas. El físico pasa a ser algo más importante. Sufrí anorexia y bulimia", explica Yanca. Era el momento de volver donde habia sido tan feliz: "Hablé con mis padres para que me dejaran volver al rugby". En este contexto, Yanca quería volver a ser la niña feliz que era en el campo de rugby por lo que volvió a fichar por un equipo. De esta vez fue en el CRAT femenino de A Coruña. "Para mí este deporte fue mi válvula de escape. No sé qué hubiera pasado si no volviera a practicar rugby en ese momento", comenta.
Para ella esta disciplina está libre de estereotipos: "Da igual que seas alto, bajo, delgado, gordo, rubio o moreno. En este deporte todo el mundo es bienvenido y tiene su función”. Y lanza un claro mensaje a todos aquellos niños, niñas y adolescentes que pueden estar pasando por la misma situación que vivió ella: "Que busquen algo donde refugiarse y que les haga feliz".
Ahora Yanca, a sus 25 años, juega en el club de la ciudad de Santiago y además forma parte de la selección gallega con la que está compitiendo en el Campeonato de España de Selecciones Autonómicas. El deporte una vez más como tabla de salvación: "Me ha dado la vida", apostilla la jugadora.