Río Duero
¿Se imaginan darse un baño en las congeladas aguas del río Duero? Duele solo con pensarlo, pero un profesor de inglés norteamericano lo hace a diario. Xiadoeng Chen ha encontrado en estas gélidas aguas la mejor terapia para su cuerpo.
"Es como tener fuego en la piel", reconoce Chen.
Chen lleva dos años viviendo en Soria, pero el último año se le han agotado las posibilidades de hacer deporte.
"El primer año hice natación, luego esgrima y sevillanas", expica Chen.
Este norteamericano conoce las propiedades terapéuticas del agua fría, pero también los riesgos: "Puede provocar un shock en dos minutos".
Por eso, Chen explica que él se sumerge durante dos minutos y medios en el río Duero. Chen admite que se frota con aceite las manos y los pies, un método para prevenir que se le queden congelados.
Xiadoeng ha encontrado en Soria y en el Duero su particular paraíso.