Bádminton
La jugadora de bádminton regresa con una cómoda victoria en el Europeo de Madrid 333 días después de su lesión.
Carolina Marín volvió a rugir y lo hizo en su debut en el Europeo de bádminton de Madrid. Casi un año después la onubense regresaba a una competición tras romperse el cruzado anterior y los dos meniscos de la rodilla izquierda: "Muy feliz por volver a estar aquí. Volver a tener esas sensaciones de competir, esos nervios que una ya echaba de menos", asegura Marín.
Un día especial en el que su familia y amigos quisieron estar presentes: "Estamos muy felices de volver a verla competir. Hemos venido muchos a transmitirle nuestra fuerza y emoción", afirma su madre, Toñi Martín. Las gradas del Polideportivo Municipal de Gallur se entregaron a la campeona olímpica desde que salió a la pista.
Los presentes no pararon de corear su nombre y cada punto de la campeona era aplaudido por todo el público: "Agradecimiento a todas esas personas que han estado hoy aquí. Ha sido increíble, no me esperaba tantos gritos, ni tanta gente animando", afirma la jugadora.
Marcador final amplio y buenas sensaciones
El marcador final habla por sí solo: 21-10 y 21-6. Marín superó a la checa Katerina Tomalova, número 124 del mundo, en apenas 29 minutos. Su rival solo le aguantó el ritmo en los primeros minutos del partido: "Al principio ha costado un poco, pero tanto a nivel emocional como de movilidad la he visto espectacular", asegura Fernando Rivas, entrenador de Carolina.
La medallista de oro en los Juegos Olímpicos de Río 2016 y triple campeona del mundo de bádminton, no muestra ni rastro de problemas en la rodilla: "Las sensaciones de la rodilla han sido geniales. Yo ya me he olvidado de la lesión, si estoy aquí es porque estoy completamente preparada", asegura. Este miércoles se mide en octavos a la ucraniana María Ulitina.