Alud mortal
Un experto de la Guardia Civil nos da las claves del alud ocurrido en la estación suiza esta semana.
El capitán Fernando Rovira vive entre montañas, en la ciudad oscense de Jaca, y sabe perfectamente como se comporta la nieve. Nos dice que el alud ocurrido recientemente en la estación de esquí de Raffelberg, en la zona de Zermatt (Suiza), es de los peores que nos podemos encontrar en una montaña. En este caso la nieve acumulada y la altura de la zona, 2.500 metros, multiplican el riesgo de muerte, "es un alud de nieve polvo, no un alud de placas. En éstos podríamos 'nadar' entre los bloques. Las víctimas estarán sepultadas a muchos metros de profundidad", advierte.
Cuatro personas se vieron afectadas. Un ciudadano estadounidense de 15 años, un hombre y una mujer, ambos aún sin identificar. Otros esquiadores, que estaban en el lugar de los hechos, pudieron contemplar el aterrador momentos, asustados por la ingente cantidad de nueve que se desprendía de la ladera. En estos días la estación de Raffelberg tenía el cartel de completo y además en sus carteles se avisaba del alto riesgo de aludes esos días. El capitán Rivero nos cuenta que "la estación estaba en nivel de alerta cuatro por aludes. Cuando el máximo es cinco. Había avisos a los esquiadores que no se salieran fuera de pista".
La Fiscalía suiza ya ha abierto una investigación de los hechos. Nuestro especialista afirma que los aludes de placa emiten una señal de alerta, a veces, difícil de captar, "suena un 'fuum'", nos dice Fernando Rivero, "un sonido típico de cuando sale aire de debajo de la placa". Unos desprendimientos frecuentes en el Pirineo en días de viento con acumulación de nieve "son frecuentes en laderas a sotavento. Es muy probable que rompamos esa placa y bajemos con ella en forma de avalancha".
El tiempo de intervención también es crítico, "para salvar con vida a una persona enterrada en un alud no pueden transcurrir más de veinte minutos", afirma el miembro de la Guardia Civil de Montaña. Todavía hay una persona en peligro de muerte tras el alud, un esquiador permanece ingresado en el hospital en estado grave.
Ni mucho menos es la primera vez que ocurre este año, precisamente a principios de marzo las montañas se volvieron a cobrar varias vidas. La Policía suiza encontró muertos a cinco de los seis alpinistas que habían desaparecido días antes en el Tete Blanche, una montaña de 3.706 metros de altura situada en los Alpes suizos.
Un equipo de rescate los encontró alrededor de las 21:20 horas. "El sexto excursionista aún no ha sido localizado. La búsqueda para encontrarlo continúa", rezaba el comunicado que difundieron las autoridades del Cantón de Valais, en el sur del país.
Los aludes son uno de los 'fenómenos' más peligrosos para los excursionistas, alpinistas o esquiadores, y es muy importante estar atento a las previsiones y las indicaciones de las estaciones. Y pese a eso el riesgo cero nunca existe.
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