La rivalidad entre Nadal y Federer, un pulso por ser el mejor que forjó una amistad dentro y fuera de las pistas

Las dos últimas décadas del tenis han estado marcadas por la tiranía del denominado Big Three, formado por Federer, Djokovic y Nadal. El suizo, que este jueves anunciaba su retirada, fue el primero de los tres en ganar un grand slam (Wimbledon 2003) y también el primero en llegar a 20 majors (Australia 2018).

Pero por encima de los títulos y los récords, hay que destacar la sana rivalidad que mantuvieron Roger Federer y Rafa Nadal en los escenarios más grandes del mundo de la raqueta. Una rivalidad histórica y un ejemplo de deportividad y caballerosidad.

Sus históricos enfrentamientos quedaban siempre dentro de la pista. Fuera de la tierra batida, la hierba o la pista dura, Federer y Nadal forjaron una gran amistad, una relación de admiración y respecto mutua que rara vez se ve en el deporte de élite entre los monstruos que pugnan por ser los mejores de una disciplina.

Para el recuerdo queda aquella final de 2008 en Wimbledon, donde un irreverente Nadal con melena y pantalones pirata comenzaba el asalto al trono de Federer. Las lágrimas del suizo en la final del Open de Australia en 2009 muestran hasta donde torturó su amigo Nadal al suizo.

Pero Federer siempre supo encontrar la forma de volver, de seguir ganado y de mantener esa histórica rivalidad con Nadal y, por qué no decirlo, con Novak Djokovic.

El tenis volvió a sonreír a Federer tras aquella final en Melbourne. El suizo conquistaría su primer y único Roland Garros (2009) y su sexto Wimbledon, el séptimo triunfo en el All England Club lo firmaría en 2017.

Esa relación de amistad entre Nadal y Federer quedó plasmada ayer, cuando el suizo anuncia su retirada. El balear le dedicó un emotivo mensaje, un mensaje que demuestra que la rivalidad entre estas dos leyendas fue tan extraordinaria como la amistad que forjaron fuera de las pistas.