Polémica tenis
No parece haber un escenario en el que Sabalenka saliera reforzada de su enfrentamiento ante Kyrgios. Analizamos lo que fue un nuevo intento fallido de 'la batalla de los sexos' en el tenis.
Tras un obligado reposo de lo que fue 'la batalla de los sexos' -por decirlo de alguna manera- de este pasado domingo en el Coca-Cola Arena de Dubái, algunas de las grandes preguntas que siguen sin respuesta es ¿cómo podía salir reforzada Sabalenka jugando este partido?, ¿quién decidió este dislate de reglas? y, más importante, ¿qué se buscaba con esta exhibición?
La respuesta rápida, y posiblemente más lógica, es no buscarle más pies al gato: se hizo por dinero y por puro entretenimiento. Lo curioso es que al parecer solo hubo de lo primero -no se conocen las cifras que han cobrado los jugadores- porque de lo segundo... Poquito.
Otra de las preguntas que nos podemos hacer con el machacado término de 'la batalla de los sexos' es conocer cuál es su objetivo principal. Se entiende que es medir a un hombre y a una mujer profesionales del tenis de un ranking parecido y, por supuesto, con las mismas condiciones para unos y otros. Normalmente porque las 'batallas' son justas. Algo que tampoco se pudo ver en el famoso Connors-Navratilova de 1992, donde el americano solo disponía de un saque y se le 'negó' el dominar en la red. Aun así ganó Jimmy 7-5 y 6-2. El partido que no sufrió alternación alguna fue el de Billie Jean King vs Bobby Riggs, exceptuando que la jugadora estaba en activo con 29 años y Riggs ya estaba más que retirado (55). Venció Billie por 4-6, 3-6 y 3-6, aunque años antes este ganó a Margaret Court.
Ahora bien, no hace falta decir como terminaría un partido que midiera a Carlos Alcaraz, número 1 de la ATP, ante la líder del ranking femenino, la propia Sabalenka. Pues bien, para dar más 'ventaja' a la bielorrusa se 'eligió' a Kyrgios como su rival. Prácticamente un extenista de 30 años, que ocupa el puesto 671 del ranking y que desde octubre de 2022 ha jugado la friolera de seis partidos oficiales. Seis en más de tres años. En los últimos tiempos se ha dedicado más a comentar partidos, dar entrevistas y generar polémica tras el positivo de Sinner. Pero poco o nada con entrenar o dedicarse a su profesión.
Por si fuera poco, este domingo se le vio en un estado físico más que cuestionable, le costaba horrores el desplazamiento lateral y se desfondaba al quinto intercambio. Aunque a eso había que sumarle el calor extremo y la humedad que se respiraba en el recinto dubaití. La realidad es que Nick ganó literalmente andando y jugando contra una pista un 9% más pequeña que la suya.
Mientras tanto, el lenguaje verbal y no verbal de Sabalenka evidenciaba que era más que un partido. Corrió más, arriesgó mucho al verse obligada a doblegar a un impasible Kyrgios, cometió más dobles faltas (solo había un saque para ambos) y por cada error gesticulaba y gritaba de rabia. Después esbozaba una sonrisa, muchas de ellas artificiales, y, mientras tanto, el australiano se reía, hablaba con los aficionados y murmuraba en alto. Pese a que tras el encuentro se mostró contenta con los medios y atendiendo a los fans, la cara que se le quedó cuando perdió el partido era de pocos amigos. Solo ella se lo tomó en serio, y además perdió. Y bien, 6-3 y 6-3 en 1:17 y ganando solo tres juegos con su saque.
Entonces, todo esto nos lleva a reflexionar sobre lo que ganaba Sabalenka, además del dinero, participando en este 'partido'. Si hubiera ganado a Kyrgios le habrían quitado mérito al estar Nick en el puesto 671 y prácticamente retirado. Y no les habría faltado razón. Y si pierde, que es lo que ocurrió, pues... saquen ustedes mismos las conclusiones. No se ha hecho un drama porque no lo merece, ni ella ni el evento, pero vuelve a demostrar -por si hacía falta- que la diferencia física, de potencia y de velocidad es muy grande entre un hombre y una mujer. Existe en prácticamente todos los deportes y es normal. La biología manda. No es una novedad y tampoco tiene sentido entrar en discusiones, debates ni reproches. Sabalenka sigue siendo la mejor tenista del planeta y una de las mejores de los últimos años. Y Kyrgios, que nadie duda de su calidad tenística (de los pocos que ha ganado a Nadal, Djokovic, Federer, Murray...) ha jugado motivado cuatro veces contadas en su carrera y su mayor hito es llegar a una final de Wimbledon y ganar un ATP 500. Esto tampoco es discutible.
Difícil que no se vengan a la cabeza las palabras de Muguruza hace dos semanas que, al parecer, sentaron muy mal a algunos: "Yo creo que hasta un júnior me habría ganado cuando yo fui número 1. Hay mucha diferencia entre un hombre y una mujer en el tenis... He tenido muchos sparrings y cada vez que tenía que jugar un set de entrenamiento acababa enfadada. '¿Cómo puede ser que no le gane un set?'. Y no era una persona que se dedicase profesionalmente... No es sólo la potencia, físicamente los músculos, la resistencia que puede tener un hombre...". Y es que, a lo mejor por esa regla de tres esos juniors que ganaron a Muguruza podrían estar exigiendo cobrar millones de dólares...
Y si hablamos de las reglas es ya para poner la guinda al circo. Haciendo la pista de Sabalenka un 9% más pequeña se buscaba igualar la contienda, y en parte se consiguió porque Kyrgios tardó lo suyo en hacerse a las medidas y muchos de sus golpes fallados habrían entrado de sobra en una pista normal. Sin embargo, lo de que cada uno tuviera solo un saque fue un grave error, al principio el australiano era el único que dispondría de uno, pero al parecer se quejó y consiguió lo mismo para Aryna. ¿Resultado? Aryna cometiendo dobles faltas y a Kyrgios, grandísimo sacador, le sobró con poner en juego un gran saque liftado. Con algunas normas intentaron beneficiar a la bielorrusa y con otras... Pues nadie sabe.
Al final, ni batalla, ni entrenamiento, porque el aussie se dedicó a meter bola como si de un entrenamiento se tratara. Para plantearse y mucho volver a hacer algo así...
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