Roland Garros
El balear, que ha cumplido hoy 36 años, ha mostrado su tristeza después del abandono de Zverev en la semifinal de Roland Garros. También ha hablado sobre su pie. Buscará en la final su 22º Grand Slam ante el noruego Casper Ruud.
Rafa Nadal, a sus 36 años, se ha metido hoy en la 14º final de Roland Garros y la 30º en un Grand Slam después del desafortunado abandono de su rival, Alexander Zverev, en las semifinales del torneo francés justo cuando iba a arrancar el tiebreak del segundo set. El encuentro pasaba ya de las 3 horas en lo que era uno de los mejores partidos del torneo cuando Alexander se vio obligado a retirarse.
El alemán se torció por completo el tobillo cuando estaba realizando uno de los mejores partidos de su vida y tenía la oportunidad de meterse en la segunda final de su carrera en un Grand Slam. El número 3 del mundo abandonó el partido llorando y en silla de ruedas para entrar 5 minutos después en muletas y despedirse así de la afición de la Chatrier, que se rindió a él con un contundente aplauso.
El tenista español se mete así en una nueva final en su torneo fetiche pero en las declaraciones a pie de pista con Bilander se mostró realmente triste: "Lo siento mucho por él porque es un gran colega, ha tenido mala suerte. Estoy seguro que va a ganar más de un 'Grand Slam'. Le deseo una rápida recuperación. Estar en la final de Roland Garros es un sueño, pero verlo llorar así es un momento duro", explicó.
"Ganar el primer set ha sido un milagro"
"No quería estar de esta manera. Soy humano y lo siento por él", dijo Rafa en rueda de prensa, donde también se ha referido al primer set del partido, en el que remontó un 2-6 y varias bolas de set: "Ha sido un milagro el primer set que he ganado pero siempre he luchado, es un sueño hecho realidad que vale todos los sacrificios", ha asegurado.
Nadal ha luchado contra viento y marea para poder tener una oportunidad en este Roland Garros, que como dijo hace días, puede ser su último, la lesión crónica del pie está siendo un dolor de cabeza que le impide entrenar y disfrutar del tenis: "Voy cojo, solo puedo entrenar con antiinflamatorios", dijo tras abandonar ante Shapovalov en Roma.
"Preferiría perder la final..."
Está claro que el jugador español está sufriendo lo indecible con ese pie y sus declaraciones tras pasar a la final de Roland Garros lo dicen todo: "Preferiría perder la final y tener un pie nuevo que me permita ser más feliz en mi día a día", concluyó. Ahora, el más grande de la historia en tierra tiene 1 día y medio para descansar ese pie y tenerlo listo para una batalla histórica este domingo ante uno de sus 'pupilos', el noruego y top 10 Casper Ruud, que ha vencido a Cilic en 4 sets y disputará ante su maestro Nadal la primera final de Grand Slam de su vida.