Final Mutua Madrid Open (6-4, 3-6 y 6-3)
El número 2 del mundo sudó tinta china para terminar con la resistencia de un espectacular Struff y reinar por segundo año seguido en Madrid. 10º título ATP, cuarto Masters 1.000 y número 1 del mundo a tiro. Roma y Roland Garros en el horizonte.
Nadie quería aventurarse antes de que el torneo comenzara pero este Mutua Madrid Open tenía la firma de Carlos Alcaraz desde el principio. Las bajas de Nadal y Djokovic le proporcionaron el papel de único favorito para revalidar el título y la presión no pudo con el murciano. Carlitos sufrió en el inicio y en el final, Ruusuvuori casi le echó en su debut y el 'lucky loser' Struff le hizo sudar más de la cuenta en la finalísima del torneo. Cuarto Masters de su carrera, 10º título ATP y número 1 a tiro. Si juega en Roma se lo arrebatará a Djokovic. Primer tenista en revalidar el título en Madrid tras Rafa Nadal.
En un fin de semana de finales nacionales los grandes empezaron golpeando primero. Ayer el Madrid en el minuto 2 y hoy Carlitos en el primer juego de la final. Y es que Alcaraz ya gana con el escudo. Struff, que hizo historia al ser el primer 'lucky loser' en meterse en la final de un Masters 1.000, arrancó don una doble falta, un revés fácil a la red para ceder de primeras su servicio. Parecía que iba a ser coser y cantar para Carlos, que previamente solo sufrió en su debut ante Ruusuvuori.
Sin embargo, una final siempre es una final y Struff ya había noqueado por el camino a Shelton, Lajovic y Tsitsipas, de confianza y ritmo iba sobrado. Carlitos se puso 2-0 tras un juego de más de 10 minutos al saque y justo ahí emergió el mejor tenis de su rival, que le devolvió el break y se puso 2-3 con un tenis agresivo y directo.
Break inicial, reacción de Struff pero... set Alcaraz
El alemán se apoyó en un gran servicio y un buen porcentaje de acierto en la red para meterse en la final mientras que Alcaraz sentía la presión al resto y tampoco ganaba fácil sus servicios. Struff siempre estuvo ahí pero en cuanto Carlitos subía el nivel y bajaba el porcentaje de primeros del alemán la historia cambiaba. El 'lucky loser' llegó a tener 3 bolas de break para poner el 5-5 pero su rival se puso serio: dos saquetazos y un globo perfecto a la línea. Sin jugar ni mucho menos su mejor tenis se adjudicó el primer set 6-4 en 53 minutos muy intensos. Quedaría mucha final por delante.
Jan-Lennard se exhibió en el saque-red
Y es que Jan Lennard ni mucho menos se hundió, sin presión alguna en su espalda y con la oportunidad de su vida no iba a irse sin luchar. Comenzó con un parcial de 0-3 y cuando se atisbaba la reacción de Carlos disfrutamos de un juego de locura con 8 deuces y 5 bolas de rotura para el murciano que terminó cayendo del lado germano para poner el 1-4. Estaba nervioso, inseguro, precipitado y muy fallón el pupilo de Ferrero, que se atascaba al saque mientras su rival volaba al suyo. El germano forzó el tercer y definitivo parcial para soñar con algo que habría sido una gesta en toda regla.
Afortunadamente, Alcaraz entendió el partido y supo cómo contrarrestar el juego del alemán y terminó imponiendo su experiencia y calidad en el último set tras un comienzo de parcial en el que su rival fue mejor. Rompió en el cuarto juego y mantuvo su saque sin problemas (no perdió ningún punto desde entonces) a pesar de que Jan Lennard apretó hasta el final al suyo. Carlitos cerró como los grandes, con su servicio y en blanco.
Un palmarés de ensueño con solo 20 años
Lo de Carlos Alcaraz no tiene una explicación racional, lo mejor es aceptar que es un completo extraterrestre porque con solo 20 años recién cumplidos ya atesora 10 títulos ATP en su palmarés (Umag, Río de Janeiro, Argentina, Barcelona x2, Masters 1.000 de Madrid x2, US Open, Masters 1.000 de Indian Wells y Masters 1.000 de Miami), además del trofeo de la Next Gen conseguido en 2021.
Además, con esta nueva copa bajo el brazo suma ya cuatro Masters 1.000 superando los que consiguieron jugadores como Davydenko o el propio Carlos Moyá e igualando a su entrenador, Juan Carlos Ferrero, y al mismísimo Stefan Edberg. Casi nada Carlitos, casi nada...