Wimbledon
'Just Stop Oil' interrumpe el partido de la pista 18 de Wimbledon para pedir la eliminación de los combustibles fósiles.
Unos activistas del grupo 'Just Stop Oil' han interrumpido el partido entre Katie Boulter y Daria Saville que se estaba desarrollando en la pista 18 durante el torneo de Wimbledon. Esta vez, la lluvia de confeti y piezas de rompecabezas ha llegado en medio del 'tie break' del primer set, lo que obligó a detener el partido.
Otra interrupción como esta se dio también en la pista 14, cuando se estaba disputando el partido de Grigor Dimitrov. En ambas ocasiones, los manifestantes fueron rápidamente expulsados del campo entre los abucheos del público. Después de esto, se dio comienzo a la tarea de limpieza de los restos depositados en el césped para poder reanudar los partidos con la mayor celeridad posible.
El grupo 'Just Stop Oil' se ha dado a conocer en muchas otras ocasiones. Todas ellas relacionadas con hacerse notar en el mundo de la cultura, aunque su última aparición fue durante el Mundial de Snooker el pasado 18 de abril.
Sus ataques más recordados son los lanzamientos de salsa de tomate a importantes obras de arte, como el cuadro de 'Los Girasoles', de Van Gogh o el de 'La joven de la Perla', de Vermeer. A pesar de a los cuadros, los activistas de 'Just Stop Oil' tienen también cierta inquina con la realeza, en concreto, con la británica. Y es que ya han dado un 'tartazo' a la figura de cera del rey Carlos III del museo Madame Tussauds y le han lanzado, eso sí, con poco éxito, huevos a él y a su mujer, la reina consorte Camila Parker.
'Just Stop Oil' se fundó en febrero de 2022 y es reconocible por su uniforme naranja de calavera y tibias cruzadas. Su seña de identidad son, sobre todo, acciones de desobediencia civil con la finalidad de conmocionar y alertar a la opinión pública.
Y es que los rostros de estos jóvenes aparecen en todas las noticias de Inglaterra. Viven en Londres, Mánchester, Brighton y Escocia, y sus acciones están siendo emuladas en Alemania, España y Francia. Fundamentalmente, rechazan la jerarquía y desconfían de los periodistas. Son modernos y dominan el arte de la comunicación y la viralidad.