Tenis
El decepcionante KO de Alcaraz en Australia generó una oleada de críticas y dudas hacia el español. Algunos incluso apuestan y ya creen más en Sinner tras conquistar su primer Grand Slam ¿Está atravesando Carlos por una mala racha o simplemente pasa por un proceso de aprendizaje?
Para muchos, y son bastantes más de los que hubiéramos pensado, la eliminación -podemos tildarla incluso de decepcionante- de Carlos Alcaraz en el Open de Australia (perdió 1-6, 3-6, 7-6 y 4-6 ante Zverev en cuartos de final) volvió a generar una oleada de críticas y dudas hacia el español, y concretamente hacia el rumbo que toma su carrera. En redes sociales no era difícil encontrar expresiones o calificativos como "Ya se ha caído", "se está durmiendo", "hace ya 6 meses que no gana un título", "se lo tiene creído", o lo que es más llamativo aún, el titular de un artículo de opinión en un reconocido medio: "¿Y si el bueno es Sinner y no Alcaraz?". En su derecho está todo hijo de vecino de ver las cosas como quiera, pero como siempre suele suceder en España, una decepción o un simple resultado negativo puede echar por tierra incluso varios años de éxitos.
No obstante, si de algo se ha encargado de repetir en innumerables ocasiones el joven tenista de El Palmar es que él no es Rafa Nadal, Roger Federer ni Novak Djokovic, aunque tenga cosas de los tres, él es Carlos Alcaraz Garfia. Con todo lo que eso conlleva, lo bueno y lo malo. Esto, como mínimo, requiere que todo aficionado al tenis respete -todos estamos de acuerdo en que se lo ha ganado en sus escasos dos años como tenista de élite- y entienda que los tiempos en cada jugador son diferentes. De tiempo y éxito va sobrado el murciano, que irrumpió en el circuito con apenas 17-18 años y que se consolidó como uno de los mejores del mundo con algo más de 19, cuando ya podía presumir de ser campeón de Grand Slam (US Open 2022). Desde entonces le amparan 12 títulos ATP, entre ellos dos majors (también ganó Wimbledon 2023) y cuatro Masters 1.000 (Madrid x2, Miami e Indian Wells), además de haber subido ya en varias ocasiones al escalón más alto del tenis mundial y de haber vencido por el camino a Novak Djokovic en dos ocasiones y a su ídolo Rafa Nadal en la tierra de la Caja Mágica... Casi nada.
Es un palmarés, con algo más de 20 primaveras, que le meterá dentro de unos años, casi sin lugar a dudas, en la conversación y en la mesa de los tenistas más grandes de siempre. Sin embargo, también le obligará a cargar con la pesada losa de la presión y la necesidad casi impetuosa de ganarlo todo y ganarlo ya. En la sociedad del todo y el ahora se nos hace muy difícil mirar más allá del frenético presente.
Las redes sociales tampoco ayudan y la cantidad de expertos que emergen de debajo de las piedras no deja de sorprender, por no hablar de esos que tiran del clásico "yo tengo el mismo derecho a opinar" (aunque sepan más bien poquito del tema en cuestión). La realidad es que apenas nos paramos a pensar que las cosas necesitan de un proceso, de unos tiempos, de un aprendizaje que parece que muchos eliminan de la ecuación demasiado pronto. Olvídense de las odiosas comparaciones ¿De verdad hay alguien que pueda poner en entredicho a Carlos Alcaraz, lo que ha conseguido o lo que conseguirá en el futuro?
¿Ganar dos Grand Slams y cuatro Masters 1.000 con apenas 20 años no te da derecho a fallar, a tener un mal día, o a atravesar una mala racha? ¿No se supone que tendría que ser al revés? Se entiende que el hecho de haber conseguido todo esto te tiene que dar crédito y permitirte incluso tener un par de tropezones más de la cuenta. Pues parece que no. Es el mundo al revés.
Ni la más que demostrada autocrítica del propio Alcaraz tras cada derrota consigue apaciguar o convencer a algunos de que Carlos está en medio de una fase de evolución en su tenis y en su forma de afrontar los partidos. Haber sido uno de los tenistas más completos y capacitados física y mentalmente a los 18-19 años no le puede 'quitar' el derecho a seguir mejorando, Alcaraz tiene que seguir haciéndose a sí mismo, y es que esto es lo más natural del mundo, o al menos tendría que serlo, porque sí, tiene defectos, como todos... Parece mentira que haya que recordárselo a alguno. No hay más que ver a los Djokovic y a los Nadal, este último, a los 37 años y en la recta final de su carrera, ha conseguido evolucionar y perfeccionar el tenis que le ha convertido en uno de los mejores deportistas de la historia: su saque, la derecha, el revés e incluso la habilidad en la red es mucho más precisa que hace 10 años. A falta de piernas y gasolina tira de un tenis más directo. "Entreno todos los días para mejorar", una famosa frase que ha definido su carrera y que ha mantenido durante muchos años. Si uno de los más grandes sigue diciendo eso rozando los cuarenta como no va a tener que mejorar Carlitos... Pues dejémosle. Paciencia.
Ciertamente el final de 2023 y el arranque de 2024 han servido como claro aviso al número dos del mundo, que no gana un título desde Wimbledon 2023 (julio) y no llega a una final desde Cincinnati (agosto), desde entonces ha perdido dos veces en semifinales (ante Medvedev en el US Open 2023 y ante Sinner en el ATP 500 de Pekín) una en octavos, otra en 1/16 y la última en cuartos de final. En resumen, siete torneos consecutivos sin poder levantar un trofeo. Algo que debería ser incluso normal, el problema está en que en España, deportivamente hablando, estamos demasiado bien acostumbrados y algunos exigen a sus ídolos futbolísticos, tenísticos, etc... lo que no pueden conseguir ellos en sus vidas cotidianas.
Por contra, lo que sí podemos reconocer sin miedo a equivocarnos es que a Carlos Alcaraz le ha salido un duro competidor, un jugador que ha explotado por completo en los últimos 6 meses y que el propio Alcaraz conoce a la perfección: Jannik Sinner. El italiano levantó hace unos días en Melbourne el primer Grand Slam de su carrera con 22 añitos y 'cargándose' por el camino a Novak Djokovic en semifinales (primera derrota del serbio en Australia a partir de cuartos, 20-1) y levantando un 0-2 ante Daniil Medvedev en la gran final.
Sinner será, sin duda, el gran rival del español en la próxima década, y ahí habrá que ver si se apunta alguno más: Rune, Ruud, Rublev, Tsitsipas, Zverev... Estos tres últimos llevan bastantes años más en el circuito y de momento no parece que sean rivales de carrera sino de momentos concretos, todos tienen tenis para vencerle pero pocos para competir con él de tú a tú por los grandes trofeos. Sinner sí lo será, no admite cuestión alguna, y si no que se lo digan a Carlitos, que ha perdido cuatro de los siete partidos oficiales ante el de San Candido. Ambos, con permiso de Djokovic y Medvedev, y veremos si de Nadal en algún otro coletazo que le pueda quedar, se repartirán la mayor parte del pastel los próximos años.
El italiano y el español, de 22 y 20 años respectivamente, afrontan el próximo lustro como los grandes aspirantes a todo. Los dos son casi implacables desde el fondo de pista, con un gran saque, una potente derecha y muy fuertes a nivel mental, un aspecto en el que el transalpino ha dado un salto cualitativo en los últimos meses, precisamente el que hasta entonces le había privado de los grandes títulos. La lucha entre Alcaraz y Sinner ya ha empezado, y parece que está más igualada que nunca, de momento, el primer asalto de 2024 ha sido para Jannik, aunque en el global, de momento, domina el murciano (más majors, más masters y ya ha sido número 1). Mientras tanto, dejemos que la carrera de Carlos Alcaraz, ya uno de los mejores tenistas españoles de la historia, siga su curso con total normalidad.