Tenis
El tenista murciano admite el aspecto en que más ha trabajado desde la derrota que sufrió ante Djokovic en Roland Garros y que le ayudó para afrontar la final de Wimbledon.
Carlos Alcaraz se enfrentó el pasado domingo a mucho más que una final de Wimbledon. El jugador de El Palmar (Murcia) acudí a la cita ante Djokovic después de la dura derrota sufrida ante el serbio en las semifinales de Roland Garros, donde la tensión y los nervios le dejaron fuera de juego. Esa es la razón por la que el pupilo de Juan Carlos Ferrero tuvo que hacer un trabajo extra para afrontar un nuevo duelo ante el de Belgrado.
Alcaraz, en una entrevista con L'Équipe, cuenta que se mentalizó para el duelo y el principal cambio lo realizó "a nivel mental, siendo consciente de que no es anormal que dispute ese tipo de partidos, que los tengo que abordar más relajado, como su fuera una rutina". De esta forma, el número 1 del mundo explica que cogió menos su teléfono, trató de cortarse del "ruido en torno al partido", escuchar más música relajante -"música acústica con un ritmo lento"-, visualizar cómo sería el encuentro y hacer ejercicios mentales que no hacía antes.
Carlos Alcaraz admite que antes de comenzar el torneo de Queen's la idea de ganar en Wimbledon era para él "inimaginable".
"Es verdad que siempre te dices que puedes hacerlo, pero digamos que me daba sólo un 10% de oportunidades. Pero cuando gané en Queen's como lo hice, sintiéndome muy cómodo en ese terreno, me dije que podía ganar Wimbledon", afirma el tenista murciano.
Sobre sus aspiraciones para este año, después de haber cumplido su objetivo de ganar un torneo del Grand Slam, ahora se fija otro: "ganar un segundo". Y para el año próximo, a la cuestión de si será ganar a Nadal en Roland Garros, su respuesta es que "podría ser un buen objetivo. Pero será todos los años lo mismo: ganar un Grand Slam cada año". Además, en 2024 se disputarán los Juegos Olímpicos de París y ahí "el objetivo es conseguir una medalla".
Por último, Alcaraz admite que querría tener "la mentalidad de Rafa (Nadal), la clase que tiene Federer en su juego y en sus movimientos y prácticamente todos los golpes de Djokovic, que son increíbles".