Nick Kyrgios
Kyrgios pegó un raquetazo enfurecido y la pelota impactó contra la cara de un niño de 9 años, que lloraba aferrado a su madre. El tenista australiano le acabó regalando su raqueta.
Los tenistas australianos Nick Kyrgios y Thanasi Kokkinakis siguen superando a sus rivales en los dobles del Open de Australia, se podría decir que están imparables y el jueves se enfrentarán a un español, Marcel Granollers. Durante su partido de cuartos de final contra Puetz y Venus demostraron de nuevo la afinidad que tienen con la grada, claro está que juegan en casa. Tanto es el apoyo de Melbourne por ambos tenistas que la juez de silla tuvo que repetir en diversas ocasiones que se mantengan en silencio.
La noticia en concreto se debe a la bonita situación que se ha dado entre Kyrgios y Fin Crane, un joven espectador de tan solo 9 años. Durante el primer set, Kokkinakis cometió una falta de saque y al anunciar la juez que no era válido, Kyrgios reaccionaba enfurecido reventando la pelota con un raquetazo que terminaba acelerando e impactando contra la cara del niño, el cual estaba disfrutando del partido hasta ese momento, que se aferraba a su madre llorando.
Nick Kyrgios se dio cuenta enseguida y, en un acto de buena fe y disculpas, no dudó en interrumpir el partido e ir corriendo a la zona de la grada donde se encontraba el joven espectador y su madre y regalarle la raqueta, gesto el cual fue aplaudido por todo el público.
Todavía con el sofoco por el golpe recibido y el rubor típico de un niño, el pequeño Fin Crane recibió la raqueta con alegría, siendo un momento que probablemente no olvide jamás en su vida. Fue un gesto que demuestra que Kyrgios, además de un 'showman' y un deportista polémico, también tiene un corazón sensible.
Polémica con el favoritismo en Melbourne
Tanto Kyrgios como la propia afición del Open de Australia, en su mayoría australianos, están en el punto de mira de este torneo. El tenista Medvedev ha sido uno de los más críticos con la actitud de los australianos en la grada, que no entiende el porqué de su ansias e ímpetu animando en la grada, un hecho que puede ser molesto e incómodo para algunos tenistas.