SANCIÓN EJEMPLAR
Alan Maloney, un árbitro acusado de racista, ha sido sancionado dos años sin arbitrar. Este colegiado de lucha grecorromana obligó a un luchador de 16 años con ascendencia puertorriqueña a cortarse las rastas para poder competir. Un gesto que ha generado mucha polémica en redes sociales.
Andrew Jonhson es el luchador afectado. A sus 16 años se disponía a competir en un torneo regional de lucha grecorromana en Nueva Jersey. Su sorpresa llegó cuando el árbitro le dijo que con rastas no podía luchar, por lo que tenía dos opciones: o cortárselas o retirarse. Ante el asombro de su madre, que es puertorriqueña, optó por la tijera.
Una polémica decisión que inundó las redes de críticas al árbitro y apoyo al chico, que acabó ganando. Las críticas llegaron al fiscal, que decidió sancionar al colegiado con dos años sin pitar.
No es la primera vez que este árbitro es acusado de racista: se hizo famoso un suceso en el que llamaba 'negro' a otro luchador. Por eso no recibió sanción. Pero este abuso de poder parece haber sido la gota que ha colmado el vaso.