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Espeleobuceo

El segundo milagro de Freddy Fernández en una cueva submarina

Dos rescates al límite en cinco años: Freddy Fernández salva la vida a un espeleobuceador que había quedado atrapado en la cueva subacuática más grande de Europa, en Manacor.

El pasado domingo, Xisco Gracia buceaba en la cueva de Sa Gleda junto a otros dos expertos espeleobuceadores cuando tuvo que alertar a las autoridades ante la no salida de la cueva de uno de ellos, Miquel Perelló.

A la vez avisó a varios espeleobuceadores especializados de la zona, entre los que se encontraba Freddy Fernández, buzo que rescató al propio Xisco Gracia en 2017 cuando estuvo atrapado dentro de la cueva de Sa Piqueta más de 60 horas sin apenas oxígeno.

En este rescate, al estar activado el protocolo de emergencias, el GEAS (Grupo Especial de Actividades Subacuáticas) no permitía el paso a la zona a ningún buzo. Pero finalmente autorizaron la inmersión de dos buzos que conocían perfectamente la zona, con la intención inicial de poder verificar si Miquel Perelló se encontraba con vida en una de las burbujas de aire que se encuentran en la cueva subacuática más grande de Europa.

"Si se hubiera perdido debido a la mala visibilidad, no lo habríamos encontrado con vida"

Freddy Fernández, Espeleobuceador rescatador

Era una de las hipótesis que manejaban, que ante la escasa visibilidad dentro de la cueva, y al haberse desorientado y no poder encontrar la línea de vida, habría salido a la conocida como sala del tubo, a la espera de que mejorase la visibilidad dentro del agua o volviera algún buzo a rescatarle.

Miquel Perelló estaba esperando en la sala del Tubo

Y eso fue lo que sucedió. Miquel estaba esperando en perfecto estado de salud fuera del agua en esta sala del Tubo, dentro de los más de 13 kilómetros de grutas que tiene la cueva. El momento del encuentro fue emotivo, y los tres pudieron regresar hasta la entrada de la cueva.

En ese momento, los equipos de rescate se sorprendieron al ver tres luces, y por lo tanto tres buzos que salían de la cueva, ya que en un principio sólo iba a ser una incursión para ver si Miquel se encontraba bien y con vida. Finalmente en palabras del propio Freddy Fernández fue "un susto, con final feliz".

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