Saúl Craviotto
El piragüista, que ha lamentado "la muesca" que el impacto ha dejado en el metal, ha desvelado en Espejo Público cómo fue el recibimiento en España tras haber logrado en Tokio la plata en el K4 500 y cuáles son sus planes de futuro
El piragüista Saúl Craviotto ha reconocido esta mañana "haber estrenado" la última de sus medallas conseguidas en sus Juegos Olímpicos de Tokio 2020. El que fuera abanderado español en Tokio 2020 junto a Mireia Belmonte, ha asegurado este miércoles en Espejo Público que su última presea se le ha caído al suelo y del golpe "se ha quedado una muesca".
A pesar de tener otras cuatro medallas olímpicas, Craviotto -que ha enseñado a cámara la mella que ha quedado en el metal tras el impacto- ha afirmado que le ha dado rabia la caída de su medalla, pues le "ha costado muchísimo" conseguirla. "Ha sido un ciclo olímpico muy largo, de cinco años, con una pandemia de por medio y, aunque sea una plata, sabe a gloria", ha asegurado.
Saúl Craviotto ha afirmado que lo mejor de ganar la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 fue el recibimiento que tuvo de su familia. El momento en el que llega a casa y están su mujer e hijas "es lo que da sentido a la medalla", ha explicado el piragüista. La medalla es "un trofeo de metal, pero lo bonito es eso".
Con la mente en París 2024
En estos momentos toca celebrar los éxitos de Tokio 2020, pero la cabeza de Saúl Craviotto también está puesta en el futuro, en concreto en los Juegos Olímpicos de París 2024. Así lo ha reconocido en Espejo Público, donde también ha afirmado que está de vacaciones y que necesita descansar después de todo lo sucedido en las últimas semanas.
Con su quinto metal, Craviotto se convirtió en leyenda del deporte español, igualando la cifra de medallas de este tipo en el palmarés del también palista David Cal, los deportistas más condecorados del país en unos Juegos.