Reto solidario
Nicolás de las Heras recorrió el tradicional trazado con el objetivo de recaudar fondos para la Asociación SEOM. En su mente, su amigo fallecido hace dos semanas por culpa de un tumor.
Un pestañeo. Un abrir y cerrar de ojos. O lo que es lo mismo, un segundo. Es el tiempo que puede tardar la vida en dar un giro de 180 grados. Ese preciso instante en el que te dicen dos palabras que nadie quiere escuchar: "Tienes cáncer". A Rober le tocó oírlas: le diagnosticaron un cáncer oncológico terminal.
Una enfermedad que únicamente puede ser paliada gracias a una beca de investigación cuyo coste es de 20.000€. Lejos de venirse abajo, se puso manos a la obra y buscó formas de recaudar dinero para la Asociación SEOM, encargada de llevar a cabo dichas becas.
Rober lo tenía claro, iba a hacer retos físicos solidarios. Todo ello mientras la patología se lo permitiese. A ese movimiento se quiso sumar Nicolás de las Heras: "Le pedí permiso para sumarme a sus retos", confiesa el corredor de larga distancia. Mano a mano comenzaron a recopilar dinero.
Una idea muy ambiciosa, pero que merece la pena
Pero este tipo de cáncer no da tregua, y pronto Rober ya no estaba en condiciones de exigirse tanto físicamente. Fue ahí cuando a su compañero se le ocurrió hacer el Camino Primitivo de Santiago, el que va desde la catedral de Oviedo hasta la de Santiago. 309 kilómetros sin parar. Un reto que él mismo considera: "un reto muy ambicioso", y que también tiene un objetivo secundario: "Dar difusión al Camino Primitivo de Santiago".
"Éramos más que amigos, casi hermanos"
En la recta final de la preparación, el 1 de mayo, Rober perdió la lucha contra el cáncer. Una pérdida que a Nicolás le sirvió como motivación extra para afrontar el reto, porque eran uña y carne: "Éramos más que amigos, casi hermanos".
Los focos se centraron en el atleta, en el horizonte una gran gesta con un objetivo muy especial. Pero todos los que han trabajado en esta iniciativa concuerdan en que: "Rober es el verdadero protagonista de este reto". El tiempo a batir era de 60 horas y Nicolás, con la permanente ayuda de Rober desde el cielo, consiguió parar el crono en 50 horas y 58 minutos.
Un abrazo muy especial
En la plaza del Obradoiro le esperaban muchas personas, pero al llegar se fue directamente a una, la madre de Rober. Un abrazo, un mismo sentimiento y un recuerdo. "Me puse a llorar como un niño", asegura.
Lágrimas de alegría, de haber cumplido lo propuesto, de haber conseguido recaudar más de 50.000€, lo correspondiente a más de dos becas. El asturiano no tienen ninguna duda: "Ha sido la experiencia más bonita de mi vida". Por lo que significa y por toda la gente que se ha movilizado, "La reacción de la gente ha sido fantástica. El haber comunicado, que nos hayan escuchado y que se hayan sumado".
"Rober contra el cáncer me ha aportado más a mi que yo a él"
Entre ceja y ceja de todos ellos están los 60.000€ que corresponden a 3 becas, cantidad que estiman poder conseguir para el mes de julio. Y a pesar de todo lo que ha conseguido para la Asociación SEOM, Nicolás no duda al decir que: "Rober contra el cáncer me ha aportado más a mi que yo a él". Porque toda ayuda para salvar vidas es poca, y siempre será mayor la enseñanza y la gratitud de ese proceso.