El primer descenso a la fosa de Atacama, a 8.000 metros de profundidad: "Cuatro horas de descenso y tres de ascenso"

Osvaldo Ulloa y Rubén Escribano se han convertido en los primeros humanos en descender la fosa de Atacama, una fosa oceánica que se desprende de los Andes. A 8.000 metros de profundidad en un sumergible biplaza, o lo que es lo mismo, un sumergible con un diámetro interior de metro y medio: "Es más pequeño que los asientos delanteros de un coche", así define Héctor Salvador, ingeniero aeronáutico, al submarino Triton 36.002 en una entrevista para Antena 3 Deportes.

Este ingeniero español sabe lo que es estar en esa misma situación, ya que en el 2021 descendió diez kilómetros de profundidad para explorar el punto más profundo de la Fosa de las Marianas. En la actualidad, ha formado parte de la creación de este sumergible para poder viajar y explorar lo que hay en las profundidades de la fosa de Atacama: "Te permite crear ciencia allí abajo", asegura Salvador.

Esta herramienta de investigación es una esfera muy gruesa de titanio con tres ojos de buey muy pequeños para poder ver lo que hay en el exterior, porque ahí abajo también hay vida: "Los animales encontrados te permiten reconstruir la historia geológica de la fosa", confirma Salvador. Aunque la mayoría de ellos mueren al ascender a la superficie a causa de los cambios de presión.

A 8.000 metros de profundidad, la presión externa es 1.100 veces superior a la que hay en la superficie. Además, la oscuridad es aterradora y las temperaturas llegan a rozar el punto de congelación: "En total son cuatro horas de descenso y tres de ascenso sin poder apenas moverse, por lo que tenemos que evitar que se nos duerman las piernas", afirma el ingeniero.