SU NOMBRE ES ROB KEARNEY
Duro como una roca y tierno como un niño. Así es el estadounidense Rob Kearney, el deportista gay más fuerte del planeta. Capaz de levantar cientos de kilos en competición y de agacharse para besar a su pareja Joey Alexio en una foto de concurso.
El mismo que gana a los fortachones más difíciles de batir y el que horas después se casa con su novio de toda la vida en una playa de Australia. Rob puede dar miedo en su trabajo y despertar una sonrisa minutos después.
Tantas ganas de abrazarlo, como de que él no te abrace a ti. Su vida es una pura antítesis, la rudeza del hombre a la antigua usanza frente a las lágrimas que derramaba junto a su hombre durante su boda.
Puede firmar que es el más fuerte del mundo y después ablandarse para presentar su camiseta con ese bestial unicornio. Tras ganar el Arnold Sports Strongman, Schwarzenegger no quiso dejar pasar la ocasión de felicitarlo en Instagram por su éxito en la competición y su éxito personal.
Un binomio imposible en un deporte como este hasta hace muy poco. Para todo hay una primera vez les dijo el austriaco. Una primera vez para romper con los estereotipos físicos, para romper con los esterotipos gays.
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