UNA PAELLA DE ALTURA
Los montañeros Federico Arrizabalaga y Cesar Bertomeu, tras más de siete días de viaje, consiguieron hacer cumbre en la montaña más alta de México. Ascender el pico de Orizaba y sus 5.700 metros es un gran reto, pero nada extraordinario, al alcance de muchos.
Lo fuera de lo normal es que lo eligieran como el escenario donde comerse una paella. La más alta nunca hecha, a 5.700 metros de altitud. Tras cargar con la paellera y todo lo necesario para preparar la comida típica valenciana, degustaron el arroz valenciano más alto comido nunca.
A las dificultades típicas de una ascensión de estas características, se les unió el robo de parte del material técnico y de grabación. Lo que no impidió que la expedición finalmente pudiera llevar a cabo con éxito su propósito inicial. Degustar una paella, sin duda, de altura.