GANÓ EL COMBATE
Ni siquiera el premio de la victoria evitó que Andrew Johnson se derrumbara ante lo que en Estados Unidos se ve como un acto de racismo.
Alan Maloney, árbitro del combate, obligó al joven luchador a cortarse las rastas o quedaría expulsado del torneo.
Según la normativa de este deporte, no se permite el pelo largo a no ser que se utilice un casco, que tampoco le permitió usar el colegiado. Una situación que ha conmocionado a luchadores profesionales.
Maloney ha sido suspendido temporalmente. Sus precedentes ya eran conocidos. Hace dos años insultó a un árbitro de color.