Accidente parapente
Los médicos le daban por muerta porque su cuerpo quedó hecho pedazos, pero su pasión por el deporte la ha convertido en jugadora de tenis en silla de ruedas.
El sueño de Cristina Mata casi le lleva a la muerte. Solo cinco segundos de vuelo fue el tiempo que ese sueño duró. Era su 40 cumpleaños y lo que más deseaba esta jienense era subir en parapente. Fue el mejor regalo, pero casi su sentencia de muerte. Cumplió su deseo pero algo falló en el mecanismo de seguridad y ella junto con el monitor cayeron en picado de 30 metros, un accidente que les dejó el cuerpo en pedazos.
Diez días en coma y 21 cirugías
Aunque asegura no recordar nada, las imágenes del accidente en parapente viéndolos caer de 30 metros son impactantes. La caída le provocó 10 días de coma, estuvo tres meses en el hospital de recuperación y ha pasado por 21 cirugías.
Cristina asegura que le daban "por muerta" o que podría haberse quedado "tetrapléjica, parapléjica o sufrir alguna amputación", pero la realidad es que puede andar, aunque insiste "con mucho entrenamiento" y reconoce necesitar "la silla de ruedas”"
Su recuperación tras la caída de 30 metros del parapente ha sido todo un milagro, explica que "los médicos no daban crédito de su recuperación". Cristina Mata se muestra muy agradecida por el esfuerzo del equipo del hospital, pero destaca que sabe que está viva por sus "ganas de vivir" y su "estado físico", porque como cuenta sonriente: "El deporte siempre ha estado en mi vida y sobre todo el tenis" y recuerda entre risas: "Cuando me desperté del coma solo pensaba en si podría volver a jugar a tenis".
Ha creado su equipo de tenis
El accidente en el que se cayó en parapente de 30 metros ocurrió en 2017, ahora cinco años después juega a tenis en silla de ruedas y tiene su propio equipo 'Club de tenis Linares'. Nos confiesa sus deseos: "Cuando un niño con movilidad reducida se apunte a mi club habré cumplido mi sueño" y el otro: "Me encantaría poder competir profesionalmente en silla de ruedas o que algún día lo haga alguna mujer lo consiga".
Cristina confirma que no es la misma persona que antes del accidente en parapente y que la vida le ha cambiado por completo, pero que siempre supo que quería vivir de la forma que fuera.
"Siempre digo que soy una tía que cae bien, porque hay que saber caer de 30 metros"
¿El mejor tratamiento ? Ella lo tiene claro, "actitud, deporte, risas y escuchar música". De hecho dice que "el deporte y una vida saludable, fueron factores que jugaron a favor de la recuperación".
Pero lo que no pierde es la sonrisa y el sentido del humor, reconoce que al despertarse: "La vida me pedía humor" y añade: "Siempre digo que soy una tía que cae bien, porque hay que saber caer de 30 metros".
La historia de Cristina Mata es un milagro y una lección de vida.